La filosofía no es difícil: la clave está en la vida cotidiana

Existe una certeza comprobable con la experiencia de cada día: cada persona nace con unas dotes, unas capacidades que, si el entorno las favorece, se van a desarrollar desde lo más íntimo de su ser hasta que pueda compartirlas con los demás y realizar así su función dentro del mundo. Porque, además de que todos y todas somos iguales en muchos sentidos, cada persona es también un mundo en pequeño, y tiene derecho a realizar sus más íntimas posibilidades.

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Hay personas para quienes es más fácil que para otras comprender el lenguaje abstracto de la Filosofía. Les "sale natural", del mismo modo que hay otras para quienes pintar cuadros, escribir novelas, estudiar ingeniería o diseño es algo que les "sale natural": es como si hubieran venido al mundo a hacer eso precisamente.

En mitad del camino de nuestro desarrollo, todo el mundo, en nuestro país, acaba topando con unas materias dificultosas que tiene que superar para poder dedicar su tiempo y esfuerzo, a partir de entonces, a lo que siente y sabe que ha venido a hacer naturalmente. Por supuesto, puede que no sepamos esto hasta mucho más adelante, pero la vida está llena de tentativas, pruebas y errores, que forman parte del camino que vamos tejiendo a lo largo de los años. Hay que aprender a no desesperar, a no tener excesiva prisa ni ser demasiado lentos. Es un arte de vivir. Eso es precisamente la Filosofía.

La Filosofía no es difícil. "Sale natural" cuando una persona se pregunta por su destino o por el dolor que está sufriendo. Cuando estudiamos a Platón, a Aristóteles o a Descartes, parece que todo este mundo de las ansiedades de cada día queda muy lejos. Pero no es así. Todos hablan de cómo vivimos, de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.

Superar la asignatura de Filosofía es mucho más fácil cuando te das cuenta de esto.

  • Para entender a Platón, debes comprender cómo vives tú el hecho de tener ideales, cómo idealizas a las personas de quienes te enamoras, cuál es el ideal que tienes de tu propia vida.
  • Para entender a Aristóteles, debes comprender primero que tú eres como una semilla que se va desplegando a lo largo del tiempo, hasta convertirse en árbol.
  • Para entender a Descartes, debes comprender cómo te engañas con tu propia mente, poniéndote excusas para no hacer esto o aquello. Así se empieza a entender la Filosofía. El resto llega después, con un riguroso estudio que ya tiene sentido, mucho más que aprender los textos de memoria.

Unas buenas clases de Filosofía deben empezar por ayudar a comprender todo esto. Cada autor tiene unas claves por debajo de sus textos que debemos entender para que el resto de sus ideas se nos vuelvan luminosas. Como profesor de Filosofía, creo que este es mi cometido: tratar de revelar esas claves, para que el alumnado pueda comprender fácilmente las bases sobre las que el autor construye todo su edificio filosófico, facilitando así una comprensión que será la mejor ayuda a la hora de realizar los exámenes.

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