Estamos viviendo unos meses de bastante agitación social por todo el tema de la epidemia de Coronavirus. Como hablé en el otro artículo, estamos sometidos constantemente a diversos estímulos, que nos bombardean y que provocan en nostros respuestas, primeramente, emocionales.
Según cada cual, lo lleva mejor o lo lleva peor. Se supone que los que practicamos artes marciales tenemos una preparación mayor para hacer frente a estos estímulos sociales, en ocasiones, agresiones estructurales. Es lo que algunos expertos en la materia llaman "Violencia Estructural"*. Un día de atascos en hora punta, no llegar a fin de mes, el agobio de las facturas, noticias preocupantes sobre política o seguridad ciudadana, y en el caso que nos acontece...una epidemia.
Pues bien, tomar conciencia de esas agresiones es nuestra primera barrera de defensa. Saber qué nos agrede, identificarlo, objetivizar esa agresión, es el simil de "ponerse en guardia". Posición y guardia corporal en artes marciales es igual que Posición y guardia mental, Kamae, Zanshin, etc..
En segundo lugar, debemos indentificar qué emocion o emociones están aflorando en nuestro "cerebro límbico"*. Las emociones básicas: alegría, ira, miedo, tristeza..pero hay otras más..y se entrelazan. Investigarlas no es tarea fácil. Hay varias dinámicas para poder identificarlas, y todas tienen como denominador común, hacer trabajar la parte racional de nuestra consciencia para solapar y/o desactivar la parte emocional. Sería un trabajo parecido a la meditación o a cualquier otra actividad que hagamos que nos haga olvidar esa "agresión". Pero las dinámicas de gestión emocional de este tipo atacan el problema de forma consciente.
En tercer lugar, por medio de las artes marciales, con técnicas respiratorias y por medio de la meditación en movimiento podemos romper esa cadena o círculo vicioso de: estímulo - agresión - respuesta emocional - ansiedad / stress. Durante años, no ha habido ninguna sola ocasión, en la que empezando la sesión o clase de Karate, y tras una jornada complicada, haya sentido yo, al terminar la misma, la sensación asemejable a un bálsamo emocional, físico y en ocasiones hasta psicológico. Un masaje mental, si se me permite.
Parece muy fácil decirlo, pero nadie dijo que fuera fácil. El ser humano, se dice, es un ser racional; nunca lo fuimos, el ser humano es un ser emocional que razona de vez en cuando.
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Referencias doctrinales:
Violencia estructural, Johan Galtung.
Teoría de los tres cerebros, Paul D. McLean.