La indefensión académica es el resultado de un proceso en el cual el estudiante afectado se ve a sí mismo como un estudiante incapaz de tener control sobre alguna situación presentada y esto es debido, indirectamente, a la presión que ejercen principalmente los docentes con actitudes impredecibles. Los alumnos al no encontrar respuestas frente a este tipo de situaciones establecen relaciones negativas entre las demandas escolares y los resultados académicos negativos que obtienen, desarrollando al mismo tiempo expectativas negativas en el futuro. El problema con la indefensión académica es que se vuelve en un círculo vicioso difícil de superar, ya que al obtener un bajo promedio de calificación y reprobar algunas materias, el alumno puede presentar una sensación de indefensión que a su vez lo imposibilitará para que realice mayores esfuerzos que lo lleven a mejorar su desempeño.
La proposición básica de la teoría de la Indefensión académica es que los alumnos que experimentan que las consecuencias son independientes de su conducta, es decir, son incontrolables, forman una expectativa de que tampoco habrá alguna relación entre respuesta-consecuencia en el futuro. A nivel conductual tal expectativa de incontrolabilidad tenderá a producir un retraso en la iniciación de respuestas para controlar las consecuencias en una situación de aprendizaje posterior. Cognitivamente produciría una creencia en la ineficacia de sus respuestas para controlar las consecuencias, y dificultaría el aprendizaje de éxito posterior. Por último, emocionalmente, cuando el acontecimiento es lo suficientemente traumático, produciría cambios y alteraciones emocionales.
Sin embargo no todos los alumnos se ven sumergidos en la indefensión académica y esto tiene su fundamento en el desarrollo infantil. Cuando un niño posee una abundante reserva de sincronías entre sus acciones y las modificaciones ambientales, se desarrolla un sentido de control, fortaleciendo no solo el aspecto conductual, sino también el aspecto cognitivo y emocional.
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