Los lápices acuarela son un material de arte versátil. Como cualquier otra técnica de dibujo o pintura, se pueden utilizar para trabajar a partir de modelos reales, para interpretar estos modelos de forma libre o para realizar una obra sin otra referencia que nuestra imaginación y creatividad.
Se trata de lápices solubles en agua, que pueden emplearse secos, como lápices de color convencionales, o se les puede aplicar agua para obtener el efecto de acuarela deseado.
Hay que tener en cuenta que la acuarela es una de las técnicas más difíciles de la pintura. Se necesita gran dominio del pulso para conseguir el trazo deseado, así como conocimiento técnico del color para que al mezclarlos se consiga la atmósfera deseada.
Si se decide trabajar con lápiz acuarela, lo primero es elegir los colores, en caso de haberlos, porque se pueden utilizar lápices acuarela de grafito, con los que se limita la creación, o esta parte de su proceso, a valores de blanco y negro.
Luego se debe hacer una correcta elección del papel, tela u otro material con el que se desea trabajar, de acuerdo a lo que se quiere conseguir con la obra.
Un papel de poco gramaje favorece un nivel de detalles altos con muy poca o ninguna aplicación de agua. En cambio, si lo que se busca conseguir son grandes superficies de color, mediante abundante aplicación de agua, lo mejor es elegir un papel de alto gramaje. Estas decisiones tienen un impacto en la calidad y durabilidad de la obra creada.
La pregunta sobre cómo representar determinado tema de interés y la pregunta sobre los materiales y técnicas que se deberían emplean en el mismo, deben hacerse juntas.
La versatilidad de los lápices de acuarela es excelente para conseguir resultados que formal y conceptualmente pueden ser muy distintos entre sí.
El nivel de detalles que se puede alcanzar, especialmente si se utiliza el lápiz acuarela seco o con una aplicación de agua muy controlada en zonas específicas, es óptimo, por ejemplo, para crear una colección anatómica de especies animales y vegetales. En otras palabras, es una técnica estupenda para la ilustración, tanto literaria como científica.
Otro ejemplo y propósito completamente distinto es hacer bocetos que luego se van a realizar en otros soportes y con otros medios más complejos, como el óleo sobre lienzo. Los lápices acuarela son estupendos para bocetar y hacer pruebas de color.
Utilizar sus potencialidades técnicas para realizar apuntes ofrece la libertad de no tener que hacer una obra acabada. La precisión técnica del lápiz acuarela no admite borrados ni muchas correcciones posteriores sobre lo que ya se ha hecho. Una forma de trabajo que persigue un tipo de resultado fresco, es un camino de muchas posibilidades.
La imagen en portada de estas notas es un dibujo propio. Se titula Biblioteca en llamas y es de 2019. A finales de ese año e inicios del 2020 estuvo expuesto en Azkuna Zentroa, Bilbao, como parte de la exposición bi-personal La verdadera noche. En marzo de 2023 se mostró nuevamente en la exposición personal y taller de creación Biblioteca para lomo-lectores, en el espacio alternativo de arte y literatura Shmorévaz, en el legendario barrio parisino Saint-Germain-des-Prés.
Biblioteca en llamas está realizada con lápiz acuarela sobre papel de 300 mg2. En una primera fase dibujé la Biblioteca con detalles suficientes, utilizando los lápices de colores sin aplicar agua.
En una segunda capa de trabajo pinté con pinceles y agua sobre el dibujo, para conseguir el efecto del fuego. El pincel con agua disolvió los colores y límites de los libros, para conseguir la atmósfera indefinida del fuego y su representación en forma de lenguas de humo.
La magia, si se quiere, de este sencillo dibujo que comparto con estas notas, está en utilizar el agua, como material, para conseguir la representación del fuego. Esta relación de elementos materiales y representados, dirige la atención nuevamente sobre esas preguntas iniciales sobre lo que queremos representar y los medios para lograrlo.
Muchas veces las mejores ideas y las mejores soluciones surgen de esa constante interrogación a los materiales de creación. En este sentido, los lápices acuarela son excelentes por su versatilidad y grandes posibilidades expresivas.
