Mi nombre es Javier y soy licenciado en Filologia Inglesa por la Universidad de Valladolid, soy profesor de Inglés desde hace mas de 17 años. En primer lugar, mi experiencia como alumno siempre ha sido, como muchos otros niños, la de superar unos contenidos a traves de un examen o examenes a lo largo de un curso académico. El desarrollo de la clase era basicamente asi; copiabas, leias del libro, hacias ejercicios etc. Como alumno te mantenias a una kilométrica distancia del profesor en muchos casos sin interactuar con él/ella. La misión era aprobar, pero te dabas cuenta, que aprender, habias aprendido poco. Deseabas expresarte, debatir, criticar, imaginar, todas esas cosas tan pretéritas para tantos y tan necesarias en la sociedad actual. Desde que soy profesor, en mis clases he querido aplicar todo lo contrario, dar dinamismo, participación, crítica y aprendizaje desde el error como puntos fuertes.
En la actualidad, algunos ya se atreven con proyectos para que el cumplimiento de los objetivos no suponga un hastio, eso si, desde un punto de vista mas práctico, mas crítico, donde los niños participan, toman decisiones, imaginan y crean. Así, frente a un sistema individualista, donde quien mas recursos tiene sigue adelante, tenemos formulas que permiten desarrollar aspectos emocionales que mas adelante pondrán en práctica de forma colaborativa. El futuro, está en aquellos que critican, imaginan y crean. La participación del alumno en la clase enriquece la clase en si misma. Como profesores, nuestra misión es enseñar, pero también la de aprender de aquello que hacemos en la clase. Por eso, nuestro mayor aprendizaje radica en aprender a que el desarrollo de una clase debe ser contando con los alumnos por dos motivos fundamentales. El primero, porque el hecho de que muestren sus emociones y opiniones de forma natural conlleva una mayor autoestima. En segundo lugar, para un mayor desarrollo intelectual de sus capacidades. Por todo ello, somos los profesores los primeros que debemos aprender, antes de poder enseñar.