Estoy asombrado con la capacidad que tienen algunos alumnos de decidir sobre las cosas qué hacer en su tiempo, impensable años atrás, ver a estudiantes renunciar a tantos fines de semana de salidas, conciertos, botellones, incluso los buenos, eran bastante asiduos a las escapadas sociales. Y llegamos a un punto, en el que esto no sucede tanto como antes. Es posible que el estar todos completamente comunicados todos los días, a todas horas, no tengan la necesidad antropológica de reunión, ya que existen grupos donde todos pueden estar comunidados e incluso pueden crear subgrupos para aislar o ignorar o simplemente afianzar las relaciones.
Pero, creo que volvemos a estar ante una vuelta de tuerca, la responsabilidad sobre su propio futuro, está ocupando gran parte de su tiempo y sienten que el fin último que les permitirá ser felices es la Universidad, siendo luego ésta otra decepción de la realidad, aunque les hará madurar con respecto a qué expectativas pueden satisfacerse cumpliendo tus objetivos personales. Actualmente, la entrada en la Universidad exige cierto sacrificio, máxime en algunas carreras, como la tan codiciada "medicina", o las que abren las puertas al mundo del "Big Data", como son Física y Matemáticas, y por supuesto, todo lo relacionado con la biomedicina, algunas carreras en determinadas localidades exigen calificaciones casi perfectas, tanto en bachillerato, como en Selectividad, como en las asignaturas Voluntarias de Selectividad. Tantas expectativas y presión suelen desembocar más en frustación que en alegría, tanto porque luego la carrera no es lo que uno piensa, como por acabar en otra opción que no es la primera. Sin embargo, el mero hecho de que lo intenten con tanto ahínco, es síntoma de esperanza, y además, les hará ponderar de otra manera su felicidad a través de su éxito y fracaso.
