Es un agente parasito intracelular agregado y su polémico caso entre si es vivo o no, que no es de detallar ahora, cumple con las condiciones más básicas de vida, crece facilísimo, se reproduce como ninguno y muere sin su huésped.
Auténticos seres que entre la naturaleza despliegan su gran biología a los ojos humanos, su magnitud es tal que cuenta con un mecanismo sencillo y efectivo a la hora de propagarse, establecerse y vivir.
Lo que parece como su única labor en mente es introducir su material genético -ADN o ARN- a su hospedero, obligándolo a que sintetice más virus como él y poder mantenerse en el tiempo.
Su estructura viral simple y su más característica forma de tuerca, esférica y simétrica con extremidades, se adhiere a su hospedero, se funciona con él, hasta tal punto de hacerlo su más dulce hogar, que, en su proceso, sin duda termina debilitándolo y perjudicándolo en función de su beneficio.
Lo que ocurre, es que el virus se aprovecha de los mecanismos de replicación genética que tiene la célula de su hospedero, ya que no cuenta con la maquinaria molecular necesaria para hacerlo por sí solo, es decir, no puede vivir por cuenta propia, tiene que ir infectando animales, plantas, bacterias, incluso virus.
Han sobrevivido y ¿cómo no?, los hay en todos los ecosistemas existentes, como una de las formas más abundantes, con sus métodos evolutivos para reproducirse dentro de la célula que infecta o por presiones ambientales: muta, cambia y se adapta, es tan efectivo, que siguen prosperando en la actualidad.
Cabe aclarar esto no es tema intencional, es ciencia, es biología, es evolución y es llevar sus genes a otros tiempos, mientras tú andas tu camino, allí aparases tú como un excelente receptor para el virus, por tus hábitos y formas de vivir.
En todo caso, suelen no ser detectados por el sistema inmune, ya que tiene la gran habilidad de poder cambiar su aspecto gracias a unas proteínas especializadas que funcionan como un disfraz, pudiendo permanecer más tiempo. Y es allí, que sea tan recurrente la aparición de enfermedades virales sin un tratamiento claro.
Los virus han estado siempre en contacto con la vida humana, en constante renacer y desaparición en las líneas de tiempo, con saltos “cuánticos”, pasando de animales a hombres, con apariciones inesperadas al parecer, con presentaciones más masivas que otras, con índices de muertes, difusiones de síntomas, aparición de enfermedades, controles y protocolos.
¿Saber todo esto, es lo que realmente genera miedo?
En definitiva…NO, es su misma naturaleza de miedo a la incertidumbre, a lo desconocido, a lo que no se sabe y tras una difusión en los medios de noticias sensacionalistas, comerciales o que hiperbolizan a su modo a gusto del lector.
Vivamos y enfrentemos esta situación como siempre la hemos vivido, de cara a la realidad, que cada accionar se dé a base de alguna investigación, proyectar la solución y mejorar la situación.
Y en cuanto al Coronavirus, como comida informativa actual ¿qué piensas tú?, ¿tienes miedo de infectarte mientras caminas a casa o subes algún bus u auto? ¿piensas qué es un virus intencional en particular para afectar a la población humana? ¿o es algo de lo que no hay que preocuparse?
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