Los expertos afirman que la motivación es el motor del aprendizaje, porque permite una mayor predisposición hacia el proceso de enseñanza-aprendizaje. Está claro que no es solamente una cuestión de motivación, pero parece ser, que es lo que marca la diferencia entre vomitar conocimientos en un exámen o producir un aprendizaje significativo.
¿Qué quiere decir esto? Un aprendizaje significativo, es cuando empezamos a relacionar aquello que sabemos sobre la inmigración, por ejemplo. Ya sea porque lo hemos escuchado, leído o visto en la televisión (conocimiento vulgar), con las ideas nuevas transmitidas por el profesor (conocimiento académico).
Mi experiencia confirma esta hipótesis, ya no solo a todos aquellos que he dado clase, donde el éxito es directamente proporcional al grado de interés y motivación. Es algo que también he comprobado en mis estudios. Cada estudiante es diferente, unos necesitan reforzar conocimientos, otros en cambio, aprender a organizarse.
No es llegar y daros la chapa. La típica frase de tienes que estudiar o esforzarte más, hacer esto o aquello. Se trata de buscar juntos, vosotros y yo, motivaciones para hacer un poco menos aburrido aquello que no nos atre nada y nos parece un rollo. Aquí esta la clave del aprendizaje, la conexión con el estudiante.
Es mucho más complicado estudiar algo que nos parece aburrido, o simplemente no le encontramos la utilidad practica, que si tenemos curiosidad y ganas de aprender. Y puede ser verdad que sea irrelevante para tí, porque quizá lo que te gustaría hacer no tiene nada que ver con la historia. Sin embargo, aquí es donde entra la figura del profesor, y en este caso, aquí es donde entro yo.
Conmigo descubrirás para que necesitas la historia, más allá de aprobar exámenes, podrás comprenderla, para ayudarte a entender el mundo que te rodea.
El problema que existe con muchos profesores a la hora de dar sus asignaturas hoy en día, es precisamente que no se preocupan en descubrir cómo son sus alumnos y en conectar aquello que quieren transmitir sobre lo que saben con la realidad de los estudiantes.
Es cierto que en un aula convencional, somos muchos y no da tiempo a intercambiar opiniones o impresiones sobre cada cosa que nos ocurre. Esa es la ventaja de un profesor particular, permite conectar e intercambiar intereses, algo fundamental para motivarnos a la hora de estudiar. Parece que en esta etapa todo es estudiar, pero no es así, si aprendemos a aprovechar el tiempo, ganaremos experiencia y hábitos de trabajo que podrán ser aplicados a cualquier otro proyecto personal. Al mismo tiempo enriqueceremos nuestra experiencia académica y nuestra formación será más completa.
