La cercanía a diferentes tipos de perfiles de alumnos me ha dado lugar a reconciliar un denominador común en todos ellos: la falta de confianza en sí mismos.
Además de la transmisión de conocimientos, dependiendo de la materia que se está impartiendo, es fundamental fomentar la confianza del alumno con el que estás tratando. Las típicas frases: "es que no sé explicarlo" o "es que no lo entiendo" son producto de una educación dádiva, es decir, una educación que no incita a la reflexión, sino que te da lo que "has de aprender".
Es fundamental, por lo tanto, fomentar la confianza y la autoestima del alumnado. O, a la manera socrática, "sacar a la luz los conocimientos" tal como si de una partera se tratase, pues la mayor parte de las veces no es que no sepan, sino que no se les da la oportunidad de demostrarlo.
Una niña o un niño no sabe más cuanto mayor sea su capacidad de repetición o su capacidad memorística. Bajo mi punto de vista, esto es un gran error. Puestos a pensar que la repetición es sinónimo de conocimiento nos lleva a la confusión y mal interpretación de una posterior toma de control o de funciones, dependiendo del tema que estemos tratando.
Así pues, gracias a la confianza de uno mismo, la toma de conciencia, la reflexión y, sobre todo, la paciencia, pues reflexionar requiere espera, haremos de nuestros alumnos personas capaces de ser sí mismos en cualquier momento superando los miedos que aporta la inseguridad.
