Te propongo que pares un momento a pensar. Hoy te presento una reflexión que he trabajado con mis alumnos muchas veces y que puede ser aplicable en cualquier situación de la vida.
Utilizo la pantalla de la clase para proyectar un reloj sujeto con unas manos. Dejo unos momentos para que observen...
¿Qué veis en la imagen?
La vida se compone de momentos únicos, irrepetibles. De nosotros depende sacar el máximo partido a esos momentos, a las horas, a los días. ¿Has tenido alguna vez la sensación de estar perdiendo el tiempo, de no haber aprovechado las horas de clase o de haber estado distraído delante del libro, sin avanzar página, durante toda una tarde?
No me canso de repetir a mis chicos, una y otra vez, que la vida es muy corta. Que el curso pasa muy deprisa y que merece la pena esforzarse al máximo para conseguir los mejores resultados. Se trata de que al llegar junio no tengas esa sensación tan desagradable de que lo podías haber hecho muchísimo mejor. ¡Seguro que te ha ocurrido alguna vez!
Cuando hablo de resultados, no me refiero solo a los académicos. La formación en las diferentes materias se complementa siempre con una formación en valores. Necesitamos jóvenes con criterios claros, que trabajen para alcanzar metas, que no se dejen vencer por el desánimo y que, sobre todo, aprovechen cada minuto de su vida.
Puedo asegurar que aunque parezcan frases hechas, que suenan muy bien, a más de uno le han dado buenísimos resultados. ¡No te descuides! Seguro que todavía estás a tiempo de recapacitar, de cambiar de rumbo e iniciar una nueva etapa en la que te sorprendas con la sensación de que...
...se ha pasado el TIEMPO VOLANDO!!