El francés es el 3º idioma más hablado de Europa. Efectivamente, es el idioma oficial de distintos países como Bélgica, Suiza y Francia. A nivel mundial, 30 otros países lo reconocen como idioma administrativo u oficial. Por otro lado, el francés es considerado como uno de los idiomas más bonitos del mundo. Se dice que es suave, elegante y agradable.
Os preguntaréis…y entonces…. ¿Qué gano yo con el francés?
1. Trabajar
Nuestro país cuenta con más de 2500 empresas francesas con aproximadamente 350.000 empleados. En Euskadi, más específicamente, hay unas 86 empresas francesas. Además, las relaciones comerciales entre Francia y Euskadi son muy fuertes, puesto que Francia es nuestro país de exportación de preferencia. Por otro lado, también atraemos a un gran porcentaje de turistas franceses, tanto por ocio, como por cuestiones laborales. Por lo tanto, la relación, en los ámbitos empresarial y hostelero, con clientes franceses es muy estrecha.
Si sois un pelín perezosos y no os gusta mucho estudiar, podríais pensar: “sí…, pero con el inglés me vale”.
Y yo os contestaría: “sí…, pero no le sacaríais tanto partido”.
Efectivamente, siento decir que, aunque estén mejorando, los franceses NO son muy buenos hablando inglés y se sentirán mucho más cómodos con alguien que hable su idioma. Además, si habéis estudiado un poco de marketing, sabréis que las emociones juegan un papel importante en los negocios. Pues bien, diversos estudios muestran que las emociones están más presentes cuando hablamos nuestro idioma nativo. Por eso, si queréis camelar a un cliente francés aportando mayores beneficios para vuestra empresa, lo mejor es que el habléis el idioma del cliente.
2. Fortalecer el cerebro
El aprendizaje de un idioma implica la activación de gran parte del cerebro. Efectivamente, diversos tratamientos son requeridos como la memorizacíon de palabras, el aprendizaje del sistema de sonido y de escritura, la comprensión de la gramática y la asimilación del uso del lenguaje en su contexto.
Por eso, cuando estudiamos estamos consolidando nuestro cerebro, del mismo modo que fortalecemos nuestros músculos cuando hacemos deporte. Esto es debido a la plasticidad del cerebro que permite la modificación de ciertas estructuras y a su vez la mejora de su funcionamiento. En definitiva, permite la obtención de un cerebro más sano.
¿Qué implica tener un cerebro más sano?
Muy sencillo, ser más eficaces en diversas tareas necesarias en nuestro día a día como son: tomar decisiones de forma pertinente, resolver problemas, memorizar y planificar. Pero más importante aún, aprender idiomas tiene un efecto positivo sobre enfermedades degenerativas tales como la Demencia o el Alzheimer.
¡No os olvidéis! Cualquier aprendizaje es bueno para fortalecer el cerebro. Tal vez os cueste esfuerzo, pero más os costará si no lo hacéis ahora y lo dejáis deteriorar.
3. Viajar
Por último, ¿A quién no le gusta viajar, aunque sea sin moverse de casa? Sí, aprender francés es disfrutar más cuándo vamos a un país francófono, pero es aún más que eso… Es un viaje en su totalidad. Es una conexión con un profesor, es el descubrimiento de características de una lengua distinta a la nuestra, lo que nos lleva a su historia y a su cultura. Es aprender a navegar en otros horizontes, a perdernos y a resurgir. Es un camino lleno de emociones, en el cual los logros harán florecer el orgullo, aunque tan solo sea por poner dos palabras juntas, una al lado de la otra, y comprobar que la persona que está en frente lo ha entendido.
Últimamente se habla mucho de la zona de confort y la importancia de salir de ella. El pensar en aprender un idioma, pero no dar el paso, es un ejemplo muy común. Es esfuerzo, es miedo al fracaso… pero pensad en lo que perderéis si no lo hacéis: crecer en el trabajo, conectar con personas, adquirir un cerebro más saludable y activo y viajar.
ALLONS-Y, C’EST PARTI!