En los terribles tiempos en los que vivimos la educación es, sin duda, la herramienta con mayor poder que podemos transferir a las nuevas generaciones. Además, hemos visto como la ciencia cada día cobra más importancia en nuestra sociedad, y a pesar de que la biología, la química y las matemáticas son materias que vemos prácticamente durante toda nuestra vida son, sin lugar a duda, aquellas asignaturas con las que los alumnos/as tienes más dificultades. Pero, ¿cuál es el por qué?
Las matemáticas, por ejemplo, es una simple transformación de la lengua. Algunos podrían hasta admitir que es la lengua escrita más antigua que se conoce, pues desde los primeros tiempos se utilizaban en su forma más rudimentaria para poder realizar intercambios comerciales. Sin embargo, los estudiantes piensan que las matemáticas son "aburridas", simplemente por el hecho de no conocer la utilidad tan grande que puede tener una simple matriz. Las matrices pueden ser utilizadas para el cálculo de rutas aéreas, o incluso, para trazar las rutas migratorias de las aves. Estos ejemplos tan comunes son un reflejo de la interrelación existente entre todos los campos de las ciencias.
Cuántas veces habré oído: "Es que yo quiero estudiar enfermería, para qué necesito las matemáticas". Estos comentarios son los que nos hacen recordar lo necesario que es el conocimiento, lo necesaria que es la educación y, más concretamente, la educación de cálidad. Aquella educación en la que los alumnos sientes que aprenden, sienten la necesidad de conocer más allá de cómo se hace correctamente un cálculo matemático. Es en la integración donde está la cuestión.
Sin ciencia no hay futuro, eso lo sabemos todos, pero sin una educación de calidad no automatizada tampoco.
