Cómo enfrentarse a una nueva obra de piano

Como pianista y profesor particular de piano, uno de los mayores retos a los que me enfrento diariamente es la lectura y memorización de nuevas obras en un tiempo reducido (normalmente, al ser llamado como pianista acompañante o a algún tipo de concierto con poca antelación). Por ello, es especialmente interesante saber aprovechar el tiempo a la hora de estudiar.

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Por un lado, es realmente interesante hacer una escucha activa, preferentemente con una partitura delante, de la obra en cuestión (especialmente si no estamos familiarizados con el compositor a interpretar). No es nuestra intención copiar al intérprete, sino tener una visión general de la obra. Esto nos va a ayudar mucho a la hora de empezar a leer.

Por otro lado, también es interesante analizar la obra, tanto armónicamente como a nivel de forma y estilo. No es realmente necesario escribirlo, simplemente hay que entender muy bien lo que estamos tocando, lo cual nos va a ayudar muchísimo a nivel "musical" (fraseo, rubato...), además de facilitarnos la memorización de la misma.

Cuando comenzamos, al fin, a estudiar la obra, ya teniendo esquematizada la misma, es muy importante trabajar bien todos los parámetros técnicos (evitar desigualdades, tener un buen balance en las voces, ...). Para ello, siempre aconsejo trabajar, por un lado, por posiciones. Algunos ejercicios que te pueden ayudar, pueden ser: tocar la primera y última nota de pasajes como escalas (lo cual te ayudará a pensarlo todo como un conjunto, y no nota a nota), o trabajar los pasajes en acordes (lo cual, además de ayudarte a memorizarlo técnicamente, te ayudará a entender el pasaje desde las tensiones armónicas, lo que nos ayudará a frasearlo).

Por otro lado, siempre recomiendo plantear muy claramente lo que queremos hacer a nivel "musical" en cada frase: articulaciones, dinámicas, rubatos... (siempre dentro del estilo, evidentemente). Una frase no puede estar muerta, tiene que ser siempre orgánica, e intentar siempre asemejarlo lo máximo posible al canto (cantabile), aun siendo nuestro instrumento, el piano, un instrumento percusivo, y solo podamos crear una ilusión, o un sentimiento de ello.

Para finalizar, soy partidario de jugar con los colores que podamos crear en el sonido a la hora de interpretar. Esta es, desde mi punto de vista, lo que diferencia a un artista de un pianista. Para cambiar ese color o timbre, podemos utilizar el pedal izquierdo. Sin embargo, no recomiendo usarlo entero, sino ser capaces de calibrar la cantidad de pedal que utilizamos, y poder jugar con cientos de colores distintos.

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