Todos nos ponemos nerviosos al empezar una experiencia nueva, ya sean clases de aerobic, lecciones de pintura o clases de jardinería. Con los idiomas pasa lo mismo. El primer instinto es estar nervioso, normalmente porque tememos no dar la talla, tener un nivel bajo, no ser tan buenos como esperábamos, o simplemente porque nos abruma. Es cierto que hay gente que va a la primera clase con muchas ganas, pero aun así, el miedo está ahí. ¿Hay alguna solución a esto? Solo si consigues dominar tus nervios y sentirte tranquilo, pero si no, aquí van tres consejos que te pueden ayudar:
1. Piensa que si a ti te pone nervioso empezar a clase de inglés, un americano seguramente se sienta igual estudiando español, o un francés estudiando alemán. No eres el único caso, ni serás el último, así que relájate y acepta que las primeras clases siempre son las más complicadas de afrontar.
2. No dejes que el miedo a cometer errores te haga no participar o disfrutar de la clase. Al fin y al cabo, todo el mundo está ahí para aprender, así que cuanto más participes, más aprenderás y pasarás un mejor rato. No pasa nada si dices "My work a nurse", en pocas lecciones podrás decirlo sin problema alguno.
3. El profesor está ahí para ayudarte: muchas personas no se toman bien las correcciones, ya que tienden a verlas como pura crítica, pero el 99% de los profesores solo quiere que mejores. Aprende a ver los errores como oportunidad de mejorar y no dudes en hablar con tu profesor si necesitas ayuda. Seguro que estará encantado de orientarte en caso de que necesites trabajar fuera del aula.