Los niños por lo general, suelen ser muy creativos y expresivos. Y si no reforzamos sus aptitudes como posibles artistas, su creatividad e imaginación a lo largo de la vida se va atrofiando.
Por eso es muy importante que desde pequeñitos se les de la opción de apuntarse a algún instrumento musical, a un coro, a danza, a teatro..., pues esas actividades desarrollan su creatividad y su capacidad imaginativa hasta límites insospechables.
Y es que ahora que las ciencias sociales están en auge, como la economía o las actividades emprendedores, no se puede dejar de lado la parte más humana del ser humano que son las artes.
El arte nos hace más humanos. Nos permite expresar nuestros sentimientos y nuestra sensibilidad. Nos convierte en quienes somos realmente.
Estando todo tan automatizado y monetizado, también debemos considerar el arte como una salida válida profesional. El arte debe ser remunerado y valorado.
No está de más recordar que si a los niños les educamos en el arte desde pequeños, desarrollan partes del cerebro que les ayudan a generar diferentes cualidades intelectuales, que les sirven en otros campos como el de la lógica (en este caso hablamos de la música).
Como conclusión podemos decir, que siempre debemos dejar decidir a los niños qué es lo que quieren. Siempre debemos darles opciones variadas, pero ellos deben escoger. No podemos apuntarles a miles de actividades extraescolares que los saturen.
Si ellos quieren estudiar piano, dejemosles que estudien piano. Si quieren hacer fútbol, dejemosles que hagan fútbol... Sean niños o sean niñas.
