En este primer artículo, vamos a hablar sobre las dos obras cumbre en la literatura mítica. Por un lado tenemos la Ilíada, una epopeya griega compuesta por 24 cantos (capítulos), que narra los últimos 51 días de los 10 años que duró la gran guerra de Troya.
Por otro lado, tenemos la Odisea, otro gran clásico, compuesto por el mismo número de cantos que narra el regreso de Odiseo. Este héroe era uno de los guerreros que luchó en la guerra de Troya.
Ambas obras contienen numerosos epítetos (adjetivos), muchos personajes mitológicos y detalladas descripciones. Sin embargo, existe un tema muy frecuente: la cuestión homérica. Homero fue un poeta y aedo (cantor) griego a quien se le atribuye al menos una de estas dos obras, aunque no podemos saberlo con exactitud.
Lo que sí es cierto, es que estos poemas épicos han perdurado a lo largo de los siglos, han influido en nuestra cultura y gracias a ellos hemos podido conocer el pensamiento clásico.
No obstante, existen muchas más obras que son pertenecientes a la edad de oro de la literatura latina. Por ejemplo, tenemos la Eneida, escrita por el poeta romano Virgilio. Esta obra narra las aventuras de Eneas desde que consigue huir de Troya hasta que llega a Italia donde funda una ciudad.
También tenemos la Metamorfosis de Ovidio, otro poeta romano, en la que se narran numerosas transformaciones que experimentan varios personajes mitológicos. El autor alemán Franz Kafka se inspiró en Virgilio para llevar a cabo su obra existencialista titulada La Metamorfosis (1915).
Sabias que...? La distribución en cantos de ambas obras no fue hecha por su autor, sino que la biblioteca de Alejandría le atribuyó dicha forma.
Papiro mas antiguo de la Ilíada.
