La música al alcance de todos. No hace falta nacer músico

LLevo muchos años dando clase y oyendo a alumnos y padres de alumnos decir eso de "a mi la música me gusta, pero no tengo ni idea", "me habría gustado saber tocar un instrumento", "no entiendo nada de música", "tengo un oido enfrente del otro", etc.

Sin embargo, todo el mundo es capaz de tararear una melodía pegadiza y reconoce relajarse escuchando un tipo de música concreto aunque no entienda el idioma o la letra de una canción. Todos somos capaces de reconocer la belleza de una obra de arte sin necesidad de ser técnicos en ella. Se puede disfrutar de un cuadro sin tener que ser pintor, o de una buena novela sin ser escritor o crítico literario e incluso escribir pequeños relatos o poesía por el mero hecho de escribir.

Partiendo de esta idea y de que cada persona tiene sus capacidades y de que Mozart (o Beethoven, Schubert, etc) sólo hubo uno y nosotros no tenemos por qué ser como él, creo que todos los niños pueden desarrollar un oido musical en mayor o menor medida, un sentido rítmico y una memoria musical que además les ayudará a desarrollar sus otras capacidades. Me molesta como profesora (y también como madre) oir a un niño o adolescente decir que "ya me dijo mi anterior profesor que yo no valía para esto".¿Cómo se puede decir esto?. Ese niño o adolescente tiene derecho a disfrutar en su medida de la música; a lo mejor no será un intérprete brillante o ni siquiera mediocre, pero podrá tocar, cantar y disfrutar si le gusta.

Las clases particulares individuales pueden ayudar a esas personas de cualquier edad que quieren acercarse a la música sin necesidad de convertirse en profesionales. Para eso están los conservatorios (aunque eso sería otro tema). Desde esa hora semanal el alumno puede entrar en contacto con sus capacidades y limitaciones y aceptar el reto que supone poner todo nuestro cerebro en funcionamiento (manos para tocar, vista para leer las indicaciones, memoria para recordar la melodía, oido para comprobar el resultado...) La mejor manera de agudizar nuestra concentración y nuestro sentido de la coordinación.

El profesor debe saber motivar al alumno y darle lo que necesita según sus posibilidades, para que el alumno vaya progresando a su ritmo y pueda ser independiente en su aprendizaje ("voy a tocar esta canción que me gusta, a ver cómo suena").

Mi objetivo es pues motivar y desarrollar las capacidades de los alumnos según sus posibilidades, si luego siguen en el conservatorio o entran en algún grupo, coro, etc será una decisión suya y tendrán una base para ello. Pero no quiero oir más "yo no valgo para esto".

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