¿Por qué no se puede aprender a tocar el piano en 30 días?

El hecho de que semejante pregunta haya podido dar pie a la creación de un artículo se debe únicamente al creciente número de anuncios en diferentes redes sociales de los "profesores" que prometen enseñar a cualquiera a tocar el piano "fácil y rápido". Solo hace falta escuchar su masterclass, inscribirse en su canal o comprar su método único de enseñanza. Existen varias técnicas para vender la idea de que un milagro así pueda existir. Al fin y al cabo ¿a quién no le gustaría que fuera verdad?

A todos nos gustaría. Conseguir cosas rápido y fácil es una tendencia muy actual y va en concordancia con la aceleración de vida que estamos experimentando y también con la pereza natural que está integrada en nuestro ADN. Curiosamente esa misma pereza es la que nos ha hecho crear la tecnología que ha acelerado nuestras vidas (circulo vicioso a la vista). Sin embargo esa aceleración no afecta a todos los procesos que forman parte de nuestra existencia, sobre todo a aquellos que son biológicos. Por ejemplo, no podemos ver una película en dos minutos ni leer 300 páginas de un libro en media hora, tampoco nos hacemos adultos en menos años (de hecho todo lo contrario), ni empezamos a hablar con 5 meses de vida. Hay ciertos procesos que requieren de tiempo, y si los que menciono anteriormente parecen obvios por ser de origen biológico y natural explicaré el por qué aprender a tocar el piano (u otro instrumento) debería estar en la misma lista.

Cualquier aprendizaje es en realidad un proceso fisiológico, incluso cuando aprendemos cosas puramente teóricas, sea aprender a contar o memorizar un poema. Parece que no necesiten de una acción física, pero en realidad cuando aprendemos una nueva información nuestro cerebro cambia su estructura. Se crean nuevos cirquitos neuronales y eso significa que el cerebro literalmente crea materia de la nada. Obviamente esa acción requiere de un gran esfuerzo y desgaste energético para todo el cuerpo, pero en especial para el cerebro. Así que no es nada extraño que para ahorrar energía y fuerzas nuestro órgano favorito evite los esfuerzos.

Como ejemplo que todo el mundo conoce pongamos el aprendizaje de idiomas. ¿Cuánto tiempo hace falta para aprender un idioma? Todos aprenden un segundo idioma en el colegio pero ¿Cuántos pueden hablarlo fluido al acabar? Casi nadie, a pesar de haberlo estudiado a lo largo de 8 o más cursos escolares, lo que representa cientas de horas de clase. Es sabido que la mejor manera de aprender un idioma es nacer en una familia bilingüe, donde uno queda inmerso en la práctica continua de dos o mas idiomas a la edad más temprana, mientras el cerebro goza de una inmensa flexibilidad y de un menor grado de la pereza. A medida que uno se hace mayor más difícil es el aprendizaje. Los neurolinguistas afirman que después de que Üuno cumpla sus 17 años las posibilidades de hablar un idioma con un nivel bilingüe van disminuyendo hasta desaparecer por completo.

La música también es un lenguaje, pero es parcial y simbólico, lo cual significa que no refleja la totalidad de lo que podemos decir con el lenguaje hablado ni tampoco representa las cosas de manera figurativa. Para que sea más claro, con la música no puedo decir : " ¡Qué paisaje más bonito!", pero puedo incitar en el oyente el recuerdo de un paisaje bonito (o no...). La música no expresa cosas, suscita e inspira y lo hace siempre con carácter subjetivo y parcial. Es un lenguaje de emoción, por así decirlo. Pero, para suscitar en el oyente algo aparte del dolor en los oídos hace falta tener un dominio del instrumento a través del cuál la música se ejecuta (sea voz, clarinete, violín o piano).

En el caso concreto del piano no es suficiente saber localizar las notas y pulsar las teclas correctas. Aunque al principio eso es necesario y un alumno promedio tarda alrededor de una semana en saber leer las notas y encontrarlas en el teclado, pero eso no es suficiente para saber tocarlas o, menos todavía organizarlas en una melodía entendible. La diferencia entre entender lo que está escrito en la partitura y tocarlo es similar a la diferencia entre jugar a la Formula 1 en la PlayStation o conducir el bólido real en el cirquito de Abu Dhabi. Cualquier acción realizada en el piano requiere una repetición reiterada (!), porque todos los movimientos deben ser automatizados para poder ser repetidos en cualquier momento. A eso se le añade que son los diez dedos que deben saber no solo realizar movimientos independientemente el uno del otro, sino también crear combinaciones interminables que se tienen que ejecutar con alta precisión porque cada tecla es un espacio muy reducido. No hay que olvidar que son las dos manos que deben coordinar simultáneamente estos movimientos y que siempre serán distintos para cada mano. Y por supuesto todo esto hay que hacerlo a la vez y con un ritmo determinado, porque cada nota y cada acorde tiene su propia duración, también distinta para cada mano.

Esta descripción representa únicamente el nivel más básico del aprendizaje del piano, no he hablado de las dinámicas, de los timbres del sonido, del peso ni de la posición de la mano, de las técnicas que existen para hacer legatos, staccatos y fraseos, de las diferencias entre registros y su balance, de los arpegios, escalas, acordes y terceras paralelas y muchas otras cosas cuya descripción requeriría varios libros (que además ya existen). Pero queda evidente que aprender a tocar el piano es un arduo trabajo y un proceso muy largo que requiere una practica continua porque está relacionado con la coordinación de una enorme cantidad de movimientos altamente difíciles. El cerebro tarda años en integrar y asimilar todos estos movimientos y poder utilizarlos libremente.

Y si, cuanto mayor es la persona más difícil es aprender a tocar un instrumento. Similar a los idiomas, cuanto antes - mejor.

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