La sonata en do mayor es una pequeña obra pianística escrita con fines didácticos en 1788, por lo que no se trata de una sonata especialmente difícil para un alumno con unas bases sólidas de piano. A mis alumnos siempre he indicado: el tempo no debe ser el Allegro tan loco como Mozart acostumbra, pues la melodía infantil no requiere de una excesiva velocidad, sería incluso axfisiante. Más bien, un Allegreto. Es admirable siempre Mozart, cómo es capaz de convertir una obra maestra de una pieza aparentemente sencilla y simple.
En este vídeo analizamos el primer movimiento sólo, bajo un contexto armónico, los grados empleados. En posteriores vídeos hablaremos sobre el bajo cifrado a aplicar y la forma musical de la pieza (éste será un vídeo realmente interesante por cuanto será la primera vez que hablemos de formas musicales).
Esta sonata no es sólo un estudio de culto para un estudiante de piano, sino también desde un punto de vista armónico. He aprovechado la sencillez, la transparencia en la armonía de este Allegro, para exponer un caso real escrito hace más de 200 años y del que podemos aprender muchísimas cosas; cito aquí sólo unas poquitas:
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el empleo de los grados básicos para crear una perfecta y simétrica melodía (basten los 4 primeros compases).
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La facilidad de las escalas ascendentes y descendentes para moverse entre los grados.
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La forma tan simple en que se cambia de tonalidad a sol mayor, y posterioremente durante el desarrollo.
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Las ligeras modificaciones en la reexposición, añadiendo riqueza y nueva sonoridad.
En definitiva, es una pequeña obra maestra admirable de cabo a rabo. ¡¡¡Y ésto es sólo el primer tiempo...!!!
