¿Qué es un instrumento musical sin un músico? ¿Qué representa un piano sin las manos que, manejadas por un ser humano, lo tocan? Mi respuesta es nada. Cualquier cosa en la vida existe solo y exclusivamente en relación a un pensamiento, que al esforzarse por lograr un objetivo, crea y utiliza ese objeto. Y así es como funciona toda la música: el músico genera voluntariamente un pensamiento específico que se manifiesta al público a través de una forma particular de usar sus manos e instrumento, dando vida a la obra musical. Parece algo obvio, pero en realidad, incluso detrás de la canción más simple, hay años de estudio y sacrificio que no se muestran al público, quien afortunadamente puede disfrutar directamente del resultado final de tanto esfuerzo.
Pero ¿cómo logra un músico interpretar una canción? ¿Cuáles son los conocimientos y habilidades que debe adquirir? Trataré de explicarlo de la manera más simple y breve posible. En general, el primer paso consiste en el estudio de tres elementos: la teoría musical, los ejercicios de técnica y piezas de fácil dificultad.
La teoría musical es la suma de todos los elementos que permiten la correcta lectura e interpretación de la obra musical, como las notas y sus respectivos valores, los signos de dinámica, las alteraciones, las tonalidades, los ritmos, las velocidades, etc. Si no se posee tal conocimiento, el alumno solo puede soñar con leer e interpretar incluso la canción más simple de Chopin o componer su propria música.
La técnica se compone de ejercicios específicos que colocan al alumno en condiciones de poder ejecutar una obra musical utilizando la mano y el cuerpo de la manera más eficiente posible. Si se carece de este conocimiento, se pueden encontrar numerosos problemas, como cansarse fácilmente después de solo 10 minutos de concierto o incluso, con el tiempo, problemas médicos como tendinitis y lumbalgia.
Las piezas musicales, obviamente, no requieren una descripción, sin embargo, su elección es decisiva para el camino pianístico del alumno. Se deben elegir piezas de una dificultad técnica e interpretativa adecuadas a él, para que pueda obtener la experiencia de una actuación completa en el menor tiempo posible, para poder creer en sí mismo como músico y obtener el impulso necesario para avanzar en el camino.
Cuando esta primera fase esté completa (y en promedio puede durar de 6 meses a un año, dependiendo de las diferentes habilidades de las personas), el alumno finalmente será autónomo en el estudio y podrá comenzar el verdadero camino de crecimiento, que consiste en el estudio de piezas y autores cada vez más complicados y artísticamente relevantes, que pondrán a prueba cada vez más su determinación y fuerza de voluntad.
No hay un final a este camino porquè la producción musical, especialmente para el piano, ha sido inmensa, al igual que lo son los estilos y emociones que los diversos autores han generado a lo largo de la historia de la música. Además, no hay límite para las habilidades que un músico puede adquirir, cada día es un nuevo día en el que, ya cargado de experiencias anteriores, podrá enriquecer su alma con un nuevo ritmo, un nuevo acorde y una nueva melodia.
Federico Matrusciano
