El aprendizaje del francés, como ocurre con el de cualquier otra materia, requiere unos elementos y condiciones mínimas que faciliten su comprensión, entendimiento y asimilación. Como profesora de francés, voy a hablaros sobre cómo aprenderlo y las ventajas de hacerlo.
De hecho, la decisión de aprender una lengua, cualquiera, supone una gran aventura humana que exige tiempo, dedicación, sacrificio, y muchas horas de estudio personal. Pero si todo esto es importante, la realidad muestra que no es suficiente, y que aprender de la mano de un profesor con años experiencia, formación y pedagogía necesaria para transmitir los conocimientos, facilita enormemente la tarea.
El francés es una lengua muy rica, con enormes matices y peculiaridades respecto a la gramática, fonética, sintaxis y morfología; peculiaridades que le confieren, además de enorme belleza estilística, gran dificultad de aprendizaje, fundamentalmente porque hay sonidos que son específicos y propios de esa lengua, desconocidos para el resto de idiomas, y que requieren, para su correcta comprensión y práctica, la ayuda inestimable de un profesor que, en calidad de experto, sepa explicar, con paciencia y metodología, cada uno de los matices.
Es cierto que, actualmente, hay muchas herramientas a nuestra disposición para intentar aprender por nuestra cuenta, pero internet, en ningún momento, suplirá la labor magistral de un especialista que corrija y enseñe las técnicas más adecuadas para el correcto aprendizaje, y sin defectos, en su pureza real, de la lengua.
Además, tener un profesor particular a tu disposición, te ofrece el privilegio de evitar el desánimo cuando las dificultades se hacen sentir, y te motiva para seguir estudiando, con objetivos y metas concretos, adaptados a la personalidad y capacidad de cada uno. Porque, un buen profesor, conoce realmente las cualidades, capacidades y expectativas de sus alumnos, y trabaja con la ilusión y objetivo de sacar de cada alumno, el máximo de su potencial.
