Todos los que compartimos espacios con niñas y niños sabemos el sufrimiento que ha generado la pandemia. La transición a un formato meramente digital ha supuesto para los más pequeños un impacto psicológico y físico que nadie se esperaba, pues los centros de enseñanza no sólo funcionan como lugares de aprendizaje, también recrean las condiciones óptimas para desarrollar las habilidades sociales de los más jóvenes a la par que labran su propio camino.
Anúnciate como profesor particular ¡GRATIS!
Siempre digo que el estudiantado no muere con el fin de los estudios universitarios, sólo se adapta. Sin embargo, es crucial que las experiencias del alumnado en estos tiempos turbulentos no estén marcadas por el hastío de una exigencia de resultados que dificilmente es reconciliable con la suspensión de la presencialidad académica. Es por ello que muchos profesores particulares nos hemos visto en la tesitura de innovar, teniendo en cuenta el interés superior del niño, tal y como reza la Convención de los Derechos del Niño (1986).
Es importante que los padres comprendan la complejidad de lo que sus hijos se enfrentan estos años, así que dicho esto:
1- Hay que plantear objetivos realistas y no hacer falsas promesas. Es mejor no decirle a su hijo que llegará a ser presidente del gobierno si se esfuerza mucho. Sin embargo, convencer a la juventud de su potencial para comunicarse con la mayoría de la población mundial en un inglés fluido, es un objetivo mucho más terrenal y relizable.
2- ¡Innoven! Las preguntas más difíciles que jamás he hecho a mis profesores de inglés estaban relacionadas con la música. Sus hijos jamás alcanzarán el bilingüismo si no refuerzan con contenido online, el secreto de todas las cosas hoy en día. Películas, series, videojuegos, twitch, youtube... todos estos formatos digitales tienen opciones para que sus hijos, o ustedes mismos, se familiaricen con la gramática, los innumerables acentos y los formatos disponibles a la hora de mantener una conversación. Úsenlos.
3- Como siempre dice un buen amigo mío: "La revolución empieza leyendo". Es imposible que un joven alcance ese grado de soltura y destreza con las lenguas que tantos padres desean si su hijo no lee más allá de los ingredientes de los cereales en el desayuno. Y no, no es necesario que empiece con Shakespeare. Hay miles de autoras y autores que han revolucionado la lectura en mil formatos: cómic, nóvela gráfica, audiolibros... Debemos adaptarnos al presente y explorar nuevas vías de aprendizaje.
4- Motiven a sus hijos, no los castiguen. El refuerzo positivo tiene resultados mucho más claros que la mera imposición de una tarea. Y creedme, no hay nada más obstinado que un grupo de niños decidido a enfrentarse a algo, especialmente cuando las restricciones presentes les han privado de un tiempo y espacio preciosos.
Empieza a dar clases particulares
5- Disfruten. No hay nada más bonito que un niño que disfruta aprendiendo.
Para más consultas, mi nombre es Sergio González Garrido. No duden en contactarme; estaré encantado de echarles una mano con cualquier asunto relacionado con la enseñanza.
