La frase que acompaña este primer artículo, no es mía, pero la suelo emplear como mantra cuando algo se vuelve difícil.
Aprender inglés se ha vuelto un requisito imprescindible en la sociedad actual y también es, en muchas ocasiones, motivo de frustración. Por eso, siempre les digo a mis alumnos y alumnas que busquen temas que les motiven para que el viaje al aprendizaje sea más ameno y sencillo.
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Un claro ejemplo, es escuchar pódcast sobre temas que les apasionen o buscar videos online que les haga querer saber más. Por supuesto, deben de ser realistas y adecuarse a su nivel e ir subiendo, poco a poco, a su ritmo, sin verlo como una obligación. Deben hacer el camino gustoso, agradable y adaptado a sus necesidades.
Otro de los consejos que siempre les doy y si les interesa aprender el inglés real es unirse a grupos online donde puedan emplear sus conocimientos de una forma distendida y hablar con otras personas, pero el consejo principal y la verdadera gasolina para motivarse es si se puede: viajar o permanecer un tiempo en un país de habla inglesa. Por suerte, la sociedad actual permite poder hacerlo a través de infinidad de becas, ayudas, aerolíneas de bajo coste y ofertas de formación.
Asimismo, también hay aplicaciones que se pueden alojar en los teléfonos móviles que permiten conectar con personas alrededor del mundo y mantener conversaciones provechosas, que aparte de ayudar en el conocimiento, también nos nutren como personas y hacen abrir la mente más allá de nuestro barrio. Hay gente muy interesante por ahí y el inglés puede ser un vehículo idóneo para conocer otras culturas y otras formas de vida.
