Para ser profesor de francés, y de cualquier otra materia, es necesario tener un buen nivel, lo más alto posible. Es obvio que cuantos más conocimientos se poseen, mayores son las posibilidades de transmitir con eficacia, idoneidad y profesionalidad cualquier rama del saber.
Dar clases particulares de francés
Adquirir un excelente nivel no es fácil, porque requiere un gran esfuerzo personal de estudio, aprendizaje, investigación y desarrollo siempre permanentes, porque la ciencia es inabarcable, y cada día, cada circunstancia, te ofrece la posibilidad de aprender y profundizar en los conocimientos ya adquiridos. Esto exige una actitud positiva de curiosidad intelectual, que implica no conformarse con lo que ya se sabe, sino desear aprender más y en profundidad; tanto por propia satisfacción personal como, y sobre todo, porque así se adquiere la confianza que te permitirá hacer frente y resolver todas las dudas y dificultades de los alumnos.
El francés es una lengua muy rica, con enormes variaciones y peculiaridades lingüísticas, morfológicas, gramaticales y fonéticas; su aprendizaje y dominio es arduo y requiere la mejor preparación posible para asimilarlas y comprenderlas correctamente; de manera que llegue a ser connatural el hablarlo, porque está tan enraizado en nuestra mente que brota de manera espontánea y sin necesidad de forzar la traducción del español.
Alcanzar este dominio de la lengua es un reto personal y profesional para todo el que quiera dedicarse a la enseñanza, pero, al mismo tiempo, puede constituir un "leit-motiv" que incentive a la propia superación, y al deseo de hacer de la enseñanza un servicio a la sociedad, que facilite las relaciones humanas y la intercomunicación.
