Este año 2020 ha estado marcado por la pandemia del coronavirus (SARS CoV-2), el confinamiento y la posterior "nueva normalidad". Durante este tiempo las clases han tenido que reinventarse y, como consecuencia, pasar del entorno presencial al virtual para no perder el año académico.
Como profesor particular, he hecho seguimiento de diversos alumnos en modalidad online. Era un terreno bastante desconocido, tanto para mí como para el alumno; y si bien tiene algunas contras, considero que también aporta bastantes ventajas tanto al alumno como al profesor. Por un lado, tanto alumno como profesor se ahorran tiempo y dinero para desplazarse a la casa del alumno o a la "oficina" del profesor. Por otro, el alumno dispone de las mismas comodidades que en el formato presencial, además de contar con una plataforma digital en el que se realiza el seguimiento de los progresos del alumno. Además, gracias a programas como Zoom se compensa el principal inconveniente del formato online (la ausencia física del profesor), lo cual, gracias a las nuevas tecnologías, haría viable esta nueva modalidad.
Además, ahora con la famosa "vuelta al cole", que este año va a ser bastante más caótica de lo habitual y, debido al temor a un repunte en los contagios, es una buena oportunidad para hacer surgir las clases online. Según las últimas estadísticas, antes de la pandemia el teletrabajo representaba tan sólo el 3% de los contratos en España, ahora ese porcentaje ha ascendido hasta el 30%.
Por ello, invito a alumnos a probar a hacer clases particulares telemáticas y a más profesores a unirse al formato digital.
