El Treball de Recerca (en bachillerato) o cualquier proceso de investigación resulta una oportunidad única para los estudiantes, ya que os permite adentraros en el mundo del conocimiento y desarrollar habilidades fundamentales. Como profesor particular, voy a introduciros en la siguiente cuestión: ¿Cómo elegir el tema de una investigación?
Esta experiencia promueve el pensamiento crítico, la capacidad de análisis y el planteamiento de preguntas relevantes. Además, os brinda la oportunidad de adquirir habilidades prácticas y transversales, como la recopilación y análisis de datos, la redacción de informes y la presentación de hallazgos. También os permite explorar nuevas áreas del conocimiento y descubrir sus pasiones, fomentando el desarrollo personal y la mentalidad abierta.
Elegir la temática no es fácil, sobre todo si no tenemos experiencia previa. Habrá que enfrentarse a muchos retos y eso nos puede abrumar: infinidad de propuestas que existen, literatura y obras a revisar, expectativas que tenéis como alumnos, etc. Mi propuesta es que busques un tema personal. Buscar un tema personal, te ayudará a motivarte, te facilitará acceder a la información y a dominar el trabajo de investigación. ¿Qué quiere decir personal? Seas alumno de bachillerato(TDR) o de universidad (TFG y TFM) te dejo algunos consejos para facilitarte la elección del tema y ayudarte en los primeros pasos para crear un trabajo personal:
1. Tienes que partir de tus intereses. El autoconocimiento es clave para evitar dar pasos en falso, así que pregúntate qué te gusta u observa a qué dedicas tu tiempo. No hace falta que se trate de cuestiones académicas. Por ejemplo, si te gusta cocinar postres o prácticas algún deporte, esto puede ser un punto de partida para construir una investigación.
2. Identifica qué sabes hacer bien. Como una investigación es un proceso largo -y muchas veces una montaña rusa de idas y venidas emocionales- es importante que te focalices en propuestas que se basen en algunas habilidades que ya tienes. Por ejemplo, si se te da bien comunicar, la interpretación, o no tienes vergüenza, podrías plantearte una investigación que tenga como objetivo la creación de una campaña de comunicación en redes sociales.
3. Identifica tus debilidades. A algunos alumnos el punto 1 y 2 les cuesta mucho, tienen dificultades para saber qué les gusta o identificar aquello que se les da bien. Es completamente normal, que no cunda el pánico. Una estrategia muy útil en estos casos es hacer el proceso a la inversa: vamos a identificar qué no nos gusta, qué no se nos da bien o cuáles son aquellas propuestas/temáticas/habilidades que nos va a costar desarrollar. Por ejemplo, si somos malos en estadística y matemática aplicada, no busquemos temas de investigación que requieran el análisis de datos cuantitativos complejos.
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4. Ten en cuenta los recursos de los que dispones. A veces, tenemos grandes ideas, pero son incompatibles con los recursos de los que disponemos. Es fundamental para evitar la frustración, que antes de decidir un tema revisemos aquellos recursos de los que disponemos. Hablamos de recursos económicos, humanos y materiales. ¿Tienes contactos o personas especialistas en algún campo que te puedan ayudar en tu investigación? ¿Dispones de todos los recursos que te harán falta para desarrollar tu idea de tema? ¿Dónde puedes conseguir los que te faltan? ¿Dispones de dinero para comprarlos? Un ejemplo nos ayudará a entender este punto. En una ocasión una alumna me planteó desarrollar un análisis de los contaminantes presentes en su barrio. A pesar de que cumplían el resto de requisitos, el hecho de no contar con herramientas y material de laboratorio, suponían una barrera importante. Así que estuvimos indagando en su entorno y finalmente consiguió que durante el curso, su Instituto le cediera el laboratorio unas horas y, en verano, una empresa cercana se ofreció a echarle un cable, también cediéndole un espacio. Esto nos lleva al punto siguiente.
5. Conoce tu territorio. Tu entorno cercano puede ser una fuente inacabable de inspiración y recursos, así que haz una pequeña búsqueda y listado de aquellos organismos/empresas o entidades que se dedican a las temáticas que más te interesen. Investiga qué hacen, cuáles son sus necesidades y como os podrías conectar. Tener una referencia cercana, a veces es un punto de apoyo clave en el desarrollo de la investigación.
6. Busca estudios similares a los de tu propuesta. Nos encontramos en el ecuador del decálogo y llegado a este punto ya deberíamos tener algunas ideas de propuestas a desarrollar. Para acabar de concretar la temática, es interesante ir a la biblioteca o realizar una búsqueda online para dar con trabajos que exploren la temática que nos interese. Este punto nos ayudará a no repetir algo que se ha hecho, concretar aún más la propuesta, descartar algunas ideas e identificar potenciales temáticas de investigación.
7. Contribuye a un mundo mejor. Aquí hablamos del impacto. Por muy pequeño e imperceptible que sea, cada acción tiene un impacto, así que es interesante que te plantees cómo tu investigación puede sumar un granito de arena para crear el futuro que te imaginas. Este ejercicio además te ayudará a lograr enfoques de investigación concretos y basados en necesidades precisos, así que te resultará más sencillo poder desarrollar la propuesta que te hayas imaginado. Por ejemplo, un alumno se dio cuenta de que la profesión de artesano que realizaba su abuelo se estaba perdiendo, así que´su propuesta de investigación se basó en indagar cómo podría modernizar la profesión para hacerla más atractiva a las nuevas generaciones.
8. Parte de necesidades reales. La investigación tiene como motor principal la curiosidad y la observación. Hay una falsa creencia que circula entre los alumnos de que la investigación tiene que ser algo arduo y teórico, pero nada más lejos. El componente práctico y el enfoque de oportunidades (partir de retos, problemáticas y necesidades detectadas) te puede ayudar a crear una propuesta muy sólida.
9. Concreta tu propuesta al máximo. Otro de los mantras que más he oído entre los alumnos es que cuanto más general y abierta sea la propuesta mejor. Falso. Entiendo que los alumnos sienten horror en recortar y aterrizar la propuesta, porque les invade la sensación de que cuanto más concreto sea el tema, menos recursos teóricos encontraran o más difícil, técnica y especializada será la investigación. La realidad es que las propuestas concretas nos ayudan a tener el control del proceso y poder desarrollar pautadamente la investigación. A lo largo de los años que llevo acompañando alumnos en sus investigaciones, he visto infinitamente más fracasar con propuestas genéricas que concretas, así que te recomiendo que tengas muy en cuenta este punto y que si sospechas tener una propuesta demasiado general acudas al resto de puntos para definir criterios que te sirvan a concretarla.
10. Hazlo personal. La culminación de los otros puntos es esta síntesis. Hacer un trabajo personal significa que vas a elegir una propuesta que habla de ti, que tiene en cuenta tus valores, motivaciones e intereses. Que te hace vibrar, que está conectada con tu entorno y que te ofrecerá oportunidades para aprender y crecer académica y profesionalmente. Definir una propuesta personal, es un punto de inicio sólido para empezar a edificar tu propuesta, dedica tiempo a estos puntos y dale todas las vueltas que sean necesarias para encontrar la propuesta que más se adecúe a ti.
Espero que estos consejos te hayan sido útiles, si tienes dudas, o necesitas herramientas y ayuda para trabajar algunas de las cuestiones que han aparecido, no dudes en contactarme. Si quieres que siga desarrollando más contenidos y entradas en el bloc, déjame en los comentarios qué cuestiones te interesan y me pondré manos a la obra. ¡Suerte y mucho ánimo con la investigación!
