¿Quién se imagina clases particulares versión online? Problemas con la conexión, cortes al hablar, ausencia de pizarra, dificultad en la compresión y comunicación... Este es el concepto que tenemos de una clase online, pero los tiempos y la tecnología han cambiado y han mejorado notablemente.
Empieza a dar clases particulares
Los problemas asociados a la virtualidad de las clases son menores de lo que creemos. Está claro que una falta de conexión lo dificulta pero se soluciona rápidamente conectando nuestro pc al router mediante el cable.
Otro factor que lo dificulta es la pérdida de la conexión a la red, lo que sería equivalente a que se vaya la luz o la calefacción en la clase presencial, es decir situaciones que se solucionan y no nos impiden rotundamente reincorporanos a la clase.
Otro punto destacable en la enseñanza es la disposición de una pizarra o equivalente. Virtualmente disponemos de cientos de aplicaciones online o descargables que te proporcionan una pizarra en la cual podemos interactuar todos los invitados. Ello junto con la ayuda de la videollamada a través de uno de los tantos medios que existen (Skype, Zoom, Hangouts hasta WhatsApp) permiten impartir una clase dinámica e interactiva.
Por todo ello, las clases online son una salida muy llamativa, rápida y sencilla (al no tener que desplazarnos, y si me permites la expresión: ¡ni arreglarnos!). Podemos estar conectados personas de una punta a otra del país, impartir clases, ayudarnos, conocernos, y más que nunca conseguimos mantener y asegurar espacios Covid-Free.
Y ahora, ¿te animas a probar con las clases online?
