Me gustaría compartir con ustedes la extraña pero maravillosa sensación que vengo experimentando en las últimas semanas: la excelente capacidad de adaptación del ser humano.
De un día para otro cambiaron radicalmente nuestras vidas, algo que ha afectado fuertemente a la educación, especialmente a la presencial. Y en este nuevo contexto me he estado planteando cómo puede afectarnos a los maestros de refuerzo y ampliación que trabajamos de manera individualizada con nuestros alumnos buscando la máxima cercanía posible.
Las clases particulares en el domicilio del alumno fueron dejando paso progresivamente a las clases en el domicilio del profesor. ¿Podrémos dar clase ahora cada uno desde nuestro escritorio?
Todavía sigo preguntándome si es posible dar clases particulares online, pero a día de hoy creo que sí, es posible. Nuestros alumnos tienen dificultades con algunas materias, pero no tienen por qué tener dificultades con el uso de las tecnologías e incluso puede resultarles más motivador. Si conseguimos que dominen los entornos virtuales, creo que podrían desenvolverse sin problemas.
¿Pero qué sucederá con los alumnos de los primeros cursos de Primaria, será capaces de adaptarse a esta nueva metodología? Creo que tal vez en estos casos serán menos autónomos y necesitarán la ayuda de sus padres para trabajar de esta manera, pero como afirma Natalia Gómez: "lo que nos permite sobrevivir como especie no es la inteligencia ni la fuerza, sino nuestra capacidad de adaptación". Confío en que la educación a distancia será cada día más viable y mejorará progresivamente su calidad.
