¿Sabemos concentrarnos realmente?
Hoy en día, al ritmo que va todo, es muy complicado que permanezcamos atentos a una misma actividad durante mucho tiempo, y si me apuras, permanecer un tiempo medio ya cuesta. Vivimos en un blucle constante de frenesí, rapidez e inmediatez. Pararnos es casi un deber y a ello nos ayuda la música.
La música, y más aún el piano, reclama todo de ti, tus cinco sentidos. No te deja irte, pues desea que le prestes toda su atención en el momento que empiezas.
Tocar el piano, te ayudará en otros aspectos de tu vida, ya que favorece ciertos hábitos muy positivos, ya sea en la infancia o en la edad adulta. La música nos ayuda a expresarnos, a ser libres, a ser más creativos... Es sin duda una herramienta con la que afrontar la vida de una forma más satisfactoria y plena.
Está más que demostrado, que tocar un instrumento nos ayuda en nuestro día a día en la resolución de problemas. Aunque sólo fuese por este beneficio, ya nos compensa aprender a tocar el piano. Los problemas, a cualquier edad, están presentes, ya sean más o menos graves, o más o menos complejos, así que influirá de manera determinante en nosotros la forma que tengamos de afrontarlos y resolverlos. Te pongo un ejemplo:
Comenzar una nueva obra siempre es un reto, algo que no se hace de la noche a la mañana, y tienes que luchar con tus carencias, con tus propias manos y con tu propio cerebro, que tiene que ir desgranando algo nuevo que se presenta. Gracias a la paciencia que requiere y el análisis por partes de la misma aprendemos a verla de forma parcial y global, nuestra visión de la misma partitura va cambiando a lo largo del tiempo, y la manera de gestionarla, por lo tanto también. Con los problemas sucede lo mismo.
