La verdad es que mi experiencia durante esta pandemia dando clases online, ha sido positiva y eso que empecé con un poco de miedo, ya que, aunque ya tenía alguna experiencia en academias, siempre dudas sobre si tendrá aceptación entre tus alumnos y si tu forma de dar las clases se podrá adaptar bien al medio.
Los alumnos que se animaron a continuar las clases vía online (otros alumnos prefirieron esperar a que se pudieran dar las clases de manera presencial) quedaron contentos, y yo también.
Los alumnos que no se animaron fueron sobre todo aquellos que en su trabajo estaban todo el tiempo con el ordenador y no querían hacer una actividad que consideraban de ocio a través de este medio; otros pensaban que no aprovecharían la clase de la misma manera; otros simplemente no tenían una buena conexión donde estaban confinados.
Las clases las pude plantear como las presenciales; hacíamos conversaciones, usábamos el libro (versión PDF) ya que podíamos compartir pantalla y también los audios.
Al final no encontré demasiada diferencia con respecto a las presenciales. Cierto es que hubo algún problema técnico, pero entre el alumno y yo lo íbamos resolviendo
Este año, ofreceré también clases online. Lo puedo ofertar para personas que quieran la clase en su domicilio (yo no me desplazo a las casas de mis alumnos) y además es un modo de no perder clase si algún día un alumno no puede desplazarse hasta mi casa.