Es conocido que las ciencias jurídicas ofrecen un amplio abanico de oportunidades. La dicotomía Licenciatura o Grado no constituye distinción alguna, más allá de la denominación que la normativa ha establecido a raíz de la paulatina implantación del Proceso de Bolonia en el sistema universitario europeo.
La jerga de licenciatura ha pasado a la historia y actualmente se conoce como Grado en Derecho. La implementación de la metodología de Bolonia ha supuesto un cambio radical en el panorama de la enseñanza universitaria, donde las clases prácticas (en formato seminario, grupo reducido de alumnos) ha supuesto un giro radical en los métodos de enseñanza. Las clases 100% teóricas pasaron a un segundo plano, pues el sistema Bolonia requiere de auto-estudio personal del estudiante, preparación previa de las clases magistrales y de los seminarios. La combinación de teoría y práctica, sin duda, ayudará a clarificar tus preferencias.
Las asignaturas son varias y mayores a medida que el mundo está más globalizado e interconectado, y la normativa se complementa a la realidad y contexto social del momento. Tradicionalmente, las asignaturas de Derecho Civil y Derecho Penal ha constituido la disyuntiva por la que el estudiante escogía su especialidad. En la actualidad, dentro de Derecho Civil ya se desglosa en numerosas especialidades, tales como, Civil-Patrimonial, Contratación, Derecho Matrimonial y Herencias o Testamentos. Por su parte, el Derecho Penal en su vertiente clásica que conoce de todos los delitos, existiendo actualmente especialidades como Derecho Penal Económico y Derecho Penal Internacional.
Las especialidades son numerosas. Actualmente, tienen gran éxito y una gran demanda las especialidades en Derecho Mercantil y Contencioso-Administrativo, cómo no, Derecho Procesal. No obstante, también surgen nichos más concretos, tales como el Derecho Europeo, el Derecho Fiscal y Tributario, el Derecho Financiero y Bancario (dentro de aquí también hay un sinfín de especialidades: mercado de capitales, financiación, contratación bancaria, derecho de los consumidores), el Derecho Energético (tema estrella desde el inicio del año 2022).
La elección no siempre será fácil. Como estudiante, debes combinar tus preferencias, pero también sopesarlas con las oportunidades laborales que se ofrecen. Recomiendo iniciarse en la práctica de la abogacía en una asignatura troncal, tal como, Derecho Civil, Mercantil, Penal o Contencioso-Administrativo para posteriormente enfocar su especialización en otra de las áreas mencionadas.
