Desde que comenzamos primaria hay una asignatura en particular donde muchos niños presentan problemas: matemáticas. Durante los años que llevo dando clases de matemáticas me he encontrado con alumnos que no entendían a su profesor; otros que no comprendían los conceptos por falta de base y/o parálisis; algunos porque la asignatura en sí no les motivaba lo suficiente. Pero, ¿de dónde viene el problema? ¿Es un problema del sistema educativo español o es un problema social?
Para poder responder a este gran interrogante, lo primero que debemos saber es qué es la ansiedad matemática y cómo se manifiesta. La ansiedad matemática es aquella parálisis que sufre el ser humano cuando se enfrenta a conceptos matemáticos debido a experiencias negativas anteriores; presión social debido al estigma que genera que no comprendas matemáticas; métodos de enseñanza poco adecuados; actitudes familiares de rechazo y frustración ante las matemáticas; y comparaciones con otros compañeros y/o familiares.
Esto afecta al rendimiento y el desempeño de la asignatura, ya que causa sentimientos de tensión o miedo, intentan evitar hacer actividades relacionadas con matemáticas, palpitaciones, sudoración, náuseas… Aunque las manifestaciones pueden variar de una persona a otra. Además, es una condición que se da en alumnos, desde primaria hasta la universidad, en estudiantes de todo el mundo y que afecta más a mujeres que a hombres.
Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar y mejorar esta situación?
- Identificar la ansiedad matemática para poder ayudar al alumno.
- Planificar el estudio y adaptar los conocimientos relacionados con las matemáticas al lenguaje del niño y/o centros de interés.
- Realizar ejercicios de diversos tipos para evitar las sorpresas en el momento del examen.
- Motivar al alumno y hacerle entender que los errores son parte del aprendizaje y que lo va a conseguir.
- Empezar desde lo más sencillo a lo más complejo.
