Después de llevar varios años preparando a alumnos para presentarse a la selectividad (¡y haberla pasado yo misma!), hay una serie de consejos indispensables para asegurarse de que todo sale lo mejor posible.
Para empezar, cabe remarcar que la selectividad son unos exámenes importantes que no te puedes preparar en el último momento: necesitan un trabajo constante a lo largo de todo el año, lo cual es la parte más importante a la hora de prepararse para esos días tan importantes.
Es vital ir entendiendo todo el temario a medida que se va impartiendo a lo largo de segundo de bachillerato, y, por encima de todo, es muy importante ir haciendo resúmenes, esquemas y/o formularios y guardarlos para cuando haya que estudiar para la selectividad. De esta forma, cuando se acabe el curso y toque estudiar para los exámenes, ya lo tendrás todo resumido y esquematizado, y tan solo tocará repasar y hacer ejercicios. Hay que tener en cuenta que para esas fechas tendrás que estudiar mucho temario en muy poco tiempo, así que cuanto más trabajo lleves adelantado, mejor.
Obviamente, es vital practicar con exámenes de años anteriores, los cuales se pueden encontrar fácilmente en internet (con las respuestas incluidas). La tipología de los exámenes no varía, así que está bien ir a selectividad sabiendo lo que te puedes esperar. También es una buena forma de ver qué temario y preguntas se repiten más, a que le dan más importancia al corregir, etc.
Por último, hay que ir a los exámenes habiendo dormido mínimo 8h, y, sobre todo, relajados. Son unos días muy importantes, en los que la mayoría de alumnos están muy nerviosos y el sentimiento se contagia: no podemos dejar que se apodere de nosotros y nos estrese, afectando a nuestro rendimiento. Hay que ir confiado en uno mismo, y confiar en todo el trabajo que hemos hecho hasta el momento.
