Una de las mayores dificultades que he encontrado en mis clases de ingles con niños es que todavía en muchos colegios se siguen dando listas de palabras para que las aprendan de memoria como si se fueran a convertir en meros diccionarios andantes. Bien es cierto, que cada vez lo encontramos en menos centros educativos. A pesar de todo, en muchas ocasiones los niños siguen viendo la palabra escrita antes que la pronunciación. El inglés tiene una fonética compleja llena de reglas y excepciones que requiere que los niños jueguen con los sonidos antes de que puedan encontrarse con la palabra escrita. Esto debería ser regla fundamental para que cuando sean adultos no comentan errores de pronunciación que conviertan la expresión oral en un jeroglífico indescifrable.
La fonética no es la parte más importante de un idioma. Lo más significativo son la fluidez y la capacidad de comunicación. Ahora bien, tampoco se puede descuidar ni mucho menos la pronunciación, ya que puede dar la sensación de dejadez y lo que sería aun peor, la imposibilidad de entender el mensaje que tratamos de transmitir.
Actualmente cuando das clases a gente adulta, existen los vicios de decir algunas palabras de forma inapropiada con el convencimiento de ser la forma correcta. Lo más problable es que nunca hayan tenido una noción minimamente básica de la fonética inglesa. Todo ello hace que su discurso sea más dificil de entender y puede perder el interes de la audiencia. De poco nos vale la fluidez cuando nos expresamos oralmente, si nuestra pronunciación es inadecuada y descuidada.
Por todo ello, no debemos ningunear la fonética desde la base, para eso utilizaremos juegos con los sonidos y todos los recursos necesarios para acostumbrar y adecuar a nuestro sistema fonético. En definitiva, que primero deberiamos escuchar, cantar y jugar con los sonidos para convertir la fonética en un elemento natural de aprendizaje lejos de un pretérito segundo plano.
