Existe una brecha entre el tipo de valores que (conscientemente o no) vivimos en occidente y las cualidades que se consideran deseables y beneficiosas en las clases de yoga. Al observar racionalmente la cultura occidental, podemos decir que enfatiza características como la competitividad, el logro, el individualismo, el consumismo y la búsqueda de ganancias materiales, incluso a costa de la explotación, etc.
Por otro lado, también podemos fijarnos en los aspectos positivos: el progreso, el bienestar, la libertad individual, la prosperidad, la oferta de oportunidades de desarrollo, etcétera. Es un enfoque muy diferente de la ecuanimidad en el yoga descrita en el Bhagavad Gita.
Se mire como se mire, hay un factor que une todas estas características: el aprecio que sentimos hacia el éxito. Somos adictos al éxito y admiramos a la gente de éxito. Todo el mundo quiere triunfar. Nadie quiere ser un fracasado. El éxito puede significar dinero, logros académicos o culturales; si soy "alguien" mi nombre será recordado.
Pero, ¿qué es realmente el éxito y cómo puede medirse? El éxito es el compañero del fracaso. Solo podemos determinar el éxito en relación con el fracaso. Si no hay fracaso, no hay éxito. Así que éxito y fracaso están entrelazados.
¿Es siempre posible tener éxito? ¿Qué ocurre cuando fracasamos?
El Bhagavad - Gita afirma que un yogui es una persona para la que el éxito y el fracaso son iguales.
El enfoque occidental consiste en adquirir conocimientos para triunfar y dominar el mundo; para asegurarnos de que somos fuertes y triunfamos. Estamos atados al exterior. Pero el yogui sabe que no puede controlar el mundo. El mundo es amplio e impredecible, imposible de controlar.
B.K.S. Iyengar
En lugar de controlar el mundo, el yogui aprende a controlarse a sí mismo. En nuestro camino buscamos la ecuanimidad en el yoga y en la vida. ¿Qué es la ecuanimidad?
Ecuanimidad significa que independientemente de las circunstancias, puedo permanecer relajado y satisfecho. El éxito no hará que mi cabeza dé vueltas y el fracaso no me deprimirá. El yogui sabe que las circunstancias de la vida cambian constantemente. El éxito no puede persistir; en algún momento, será sustituido por el fracaso, pero mi propio estado interno puede permanecer constante.
Se podría decir que la ecuanimidad es la "homeostasis de la conciencia". La homeostasis es la capacidad de un sistema biológico de mantener un equilibrio interno constante cuando el entorno cambia. Nuestra temperatura corporal es casi constante, independientemente de la temperatura exterior. Tanto en condiciones de frío como de calor, mantenemos la misma temperatura corporal. La ecuanimidad es la capacidad de mantener la calma ante el elogio o la humillación, el éxito o el fracaso, el logro o la derrota, el beneficio o la pérdida, la victoria o la derrota, etcétera.
En Occidente parece que pensamos que podemos dominar el mundo a través del progreso tecnológico, sin embargo, no creemos que sea posible controlar los estados de nuestra conciencia. Nuestros estados de ánimo fluctúan dentro y fuera de control y nuestros pensamientos vagan libremente...
¿Es realmente posible controlar nuestro estado interno? ¿Cómo podemos alcanzar la ecuanimidad?
No es fácil, y ese es precisamente el enfoque yóguico: es necesario adquirir estas habilidades. Se trata de un proceso que se construye lentamente con el tiempo y la práctica.
