En toda práctica relacionada con las ciencias, los conceptos teóricos son de vital importancia. No obstante, nuestros estudiantes se realizan continuamente la misma pregunta: "¿esto para qué me sirve? El 'para qué sirve', es una pregunta que debería estar explícita en el método educativo del docente. La necesidad de entender la utilidad de lo que enseñamos como docentes puede evitar al alumno el sentimiento de estar perdiendo el tiempo.
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Cuando un estudiante ve lo práctico de un tema científico, la curiosidad propia del aprendizaje, lleva inmediatamente a captar su atención. Por tal razón y como consecuencia de esta necesidad de una mente joven, los métodos educativos deben ser dirigidos al entendimiento práctico y dejar atrás la antigua metodología de memorización sin análisis.
No es práctico que un estudiante memorice largas filas de fórmulas físicas o matemáticas, en el mundo real, cuando un profesional requiere un cálculo matemático, simplemente recurre a las fichas, físicas o digitales, ya existentes. La memorización desde el punto de vista científico, no implica conocimiento.
En el teorema de Pitágoras, tan necesario en la vida real y tan incomprendido durante los procesos de aprendizaje, no se le busca, en muchos casos, el sentido práctico. Limitar al estudiante simplemente a realizar cálculos sin que se explique su razón ocupacional, conlleva al inmediato rechazo de la mente curiosa e inquisitiva. Y hay que recordar que estas mentes son quienes terminan realizando actividades relacionadas con las ciencias.
Por tal razón, la necesidad de entender qué se pretende lograr con un cálculo matemático es más importante que tomar el control de un lápiz, una calculadora o una hoja de examen. Grave error en los educadores de las áreas aplicadas como la física. Antes de realizar un cálculo matemático, hay que visualizar y entender qué se pretende conseguir con la resolución de cada problema.
Una vez visto el sentido práctico, la curiosidad simplemente dirige a la dirección correcta que debe tomar el estudiante hacia la culminación exitosa del problema. Pensar y analizar, en lugar de calcular y memorizar, es la clave en el método de Aprender Haciendo. Práctica más que teoría.