La mayoría de la gente prefiere clases presenciales a clases online porque el contacto y el acompañamiento es gran parte del trabajo y virtualmente es más difícil conseguir ese acercamiento, pero no es imposible. Y dadas las circunstancias que estamos viviendo ahora, debemos intentar más que nunca renovarnos y adaptarnos a lo que tengamos.
No obstante, entiendo que sea difícil tener que pasar de un modelo a otro de forma rápida y sin apenas conocimiento o preparación. Es por eso por lo que aquí te dejo una serie de consejos para empezar a dar clases de apoyo de forma online.
1. Busca una plataforma que te de confianza
Puede ser Zoom, Skype, Whereby, Classgap, la que más sencilla te parezca, pero elige una que te resulte intuitiva y fácil de utilizar, que no te de problemas. Puedes buscar información antes en internet o tutoriales en youtube, pero asegúrate de que cubra tus necesidades y de que entiendes perfectamente su funcionamiento.
2. Utiliza recursos online
Aprovecha la oportunidad y no te limites al libro de texto, utiliza páginas como Educaplay, Kahoot o Bambozzle, para variar. Los juegos harán el aprendizaje más llevadero y no te hará falta enviar material ni hacer fotocopias.
3. Deberes online
Si vas a mandar deberes, no te compliques la vida con fotos, documentos word y pdfs. Utiliza la plataforma liveworksheets que te permite convertir cualquier pdf en un ejercicio online y subir también las respuestas. De esta manera el alumnado podrá responder directamente desde la página y no se traspapelarán los deberes.
4. Lleva un registro
Si no usas libro, a veces es difícil llevar un registro de lo que das en clase. Con las clases online debes tener cuidado con esto. Puedes crear un blog, usar google clasroom o incluso google drive, pero asegúrate de que todos los enlaces, páginas y documentos estén accesibles para cualquiera de las partes en todo momento.
5. No te sobrecargues
Con la excusa de trabajar desde casa, muchas veces pensamos que podemos hacer el doble de trabajo que si estuviéramos en un aula, pero no debería ser así. Aún desde casa debemos ponerle límites al trabajo. Comunicarnos por correo, siempre mejor que por teléfono, no hablar a horas intempestivas y respetar nuestros horarios. Recuerda no sobrecargarte y no exigirte demasiado. Los cambios llevan tiempo y debemos tener paciencia con nosotras mismas para adecuarnos a las nuevas circunstancias.
Esto ha sido todo
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Nos vemos pronto,
Laura