Desde los más de diez años de experiencia como profesora particular de francés, siempre ha habido un factor fundamental en mi trabajo, que es la capacidad de adaptarme a las necesidades y características de cada alumno.
Esto que, a priori, es algo evidente, en las lenguas extranjeras es una gran ventaja. A mí acuden personas de todo tipo, edad y nivel. Desde los escolares en dificultad para aprobar, a los adultos, principiantes o casi, que no ven el idioma desde hace muchos años, y quieren retomarlo, por razones laborales;pasando por aquéllos que quieren sacarse un título oficial ( DELF u otros) o incluso, los que vienen por el simple placer de aprender o perfeccionar un idioma y su cultura.
En cualquier caso, el profesor particular, tiene el don , el maravillosao don, de adaptar todos sus conocimientos y experiencia para transmitirlos a cada persona de la manera más rápida y eficaz.
Gracias a todos los alumnos que he ido conociendo, he comprendido que el factor PERSONALIZACIÓN, ha sido la clave del éxito de muchos casos, algunos, realmente complicados.
Esto es capital , sobre todo en los aspectos de pronunciación y expresión oral. Poder adaptar actividades y prácticas a las capacidades de cada alumno es algo que el trabajo en clase particular permiter optimizar. Así, por ejemplo, se pueden corregir vicios ya instalados en la pronunciación , algo sumamente arduo y lento en grupo, Sin embargo, con el trabajo personalizado se suelen obtener resultados muy satisfactorios.
