Matemáticas siempre es la asignatura temida por la gran mayoría de los alumnos. No es casualidad que un gran porcentaje de alumnos teman la materia y tengan dificultades para aprobarla, ya sea por la complejidad que pueda acarrear o porque no es plato para todos los gustos. En esta publicación explicaremos de manera general por qué las clases de matemáticas se suelen atragantar tanto.
Para comenzar, daremos una pequeñas pinceladas acerca de lo que son las matemáticas. Algún apasionado podría decir que son el "lenguaje de la naturaleza"... y en el fondo no se le puede negar la razón.
Efectivamente, las matemáticas son la expresión escrita de los fundamentos físicos que nos rodean. Nos sirven para escribir y expresar ideas tan sencillas como cuántos lápices tiene Pepito en la mano, lo cual nos daría como resultado un número entero; o ideas tan complejas como aproximaciones infinitesimales a un valor sin llegar nunca a alcanzarlo, lo cual se resolvería con límites, para ofrecernos el resultado de una asíntota.
Absolutamente todo lo que se escribe en un papel con este lenguaje, tiene un significado real y preciso. Este lenguaje retrata, por tanto, los pensamientos lógicos que se obtienen de la observación del mundo que nos rodea, además es un lenguaje universal y estandarizado.
Como todos los lenguajes, hace falta entenderlo y entrenar mucho para dominarlo. Lo malo que tiene, es que sirve para prácticamente todo, puesto que plasma el razocinio y comportamiento del universo. Puede llegar a ser, por ende, de lo más abstracto y complicado, dando lugar incluso a contradicciones.
Por ejemplo: 1+1=2, ¿verdad? Pero si ahora mismo afirmo que 1+1=0 también es correcto, podrías tacharme de loco; todo tiene su razón de ser y su explicación lógica. Ambas expresiones son correctas, y el porqué ya se lo dejo al lector para que investigue si le pica el gusanillo.
¿Cuál es la mejor manera de aprender matemáticas?
Como ya hemos explicado, podríamos definir las matemáticas como el lenguaje de la vida... bonito, ¿verdad?
Bonito pero no barato, al igual que cualquier idioma, para aprenderlo tenemos que empezar por las nociones más básicas para poder ir construyendo el aprendizaje más completo. No puedes construir una casa empezando por el tejado, primero necesitas la cimentación para, poco a poco, añadir ladrillos a la construcción.
Lo mismo ocurre con este idioma tan peculiar, necesitamos aprender primero los conceptos más básicos para poder establecer una cimentación sólida de conocimiento. Sobre esta cimentación, iremos construyendo nuestro edificio cada vez más alto añadiendo ladrillos o "bloques".
Pero ¿qué pasa cuando nos faltan bloques y seguimos construyendo? No hace falta ser arquitecto para pensar que nuestra estructura se cae si queremos poner el techo cuando no se han levantado aún las columnas que lo sostienen. Este símil se traslada a la asignatura de matemáticas de igual manera.
No podemos aprender a resolver ecuaciones si no sabemos ni sumar ni multiplicar y aquí reside el mayor problema para el aprendizaje de la materia. Las matemáticas requieren de un aprendizaje continuo y progresivo y es en esta tarea en la que se suele cometer el error. En el momento en que no se interioriza alguno de los bloques necesarios para levantar la estructura, esta no podrá sostener los siguientes elementos, por lo que la construcción no podrá avanzar.
Encontrar un buen profesor de matemáticas
Por este motivo es fundamental tener buenos profesores de matemáticas, que sean buenos guías en la materia y despierten la curiosidad del alumno para tenerle constantemente añadiendo los bloques necesarios para el futuro.
El alumno debe adoptar un estudio activo y ganas de aprender porque, aunque no lo parezca, las matemáticas NO SON ABURRIDAS. Cuando se entienden y se dominan, te abren un abanico infinito para poder entender y descubrir el porqué de lo que te rodea.
De acuerdo, ya hemos encontrado un buen profesor de matemáticas, ¿y ahora qué?
¿Cómo progresar adecuadamente en matemáticas?
Cuando ya se ha encontrado una buena "fuente de conocimiento", lo que queda ahora es llenar el botijo de agua. Es aún más importante el trabajo que realiza el alumno que el que realiza el profesor. Como he comentado antes, el estudio debe ser ACTIVO, nunca pasivo: por muchos partidos de tenis que veamos en la tele, nunca jugaremos como un tenista profesional si no se entrena todos los días. Este nuevo lenguaje que estamos aprendiendo requiere de práctica continua para poder interiorizarlo y avanzar.
En resumen, a la hora de asentar las bases de la materia, si no adquirimos el conocimiento y el entendimiento suficiente para seguir construyendo, tarde o temprano el techo se nos podrá venir abajo.
Si estás en el punto en el que la estructura se empieza a tambalear y no te permite aprender nuevos temas, NO DESESPERES. A pesar de tener ciertas lagunas que impidan avanzar en el entendimiento de niveles más avanzados, siempre se puede volver a aprender y entender bien esos bloques que nos faltan o incluso buscar materiales complementarios para tus clases de matemáticas.
En esta ocasión es posible que haya que realizar un esfuerzo extra para ponerse al día, pero la recompensa será inmensa cuando, una vez fabricado de nuevo ese bloque "defectuoso" lo añadas a tu edificio y te permita continuar aprendiendo. En ese momento te darás cuenta de lo sencillo que es lo que no aprendiste bien y lo nuevo que intentas aprender.
Por todo ello, te animo a que no abandones la asignatura, a pesar de que te pueda resultar difícil o aburrida. Cualquier esfuerzo por reengancharse servirá muchísimo para entenderlo todo y, antes de que te des cuenta, ¡amarás las matemáticas!
Mucho ánimo y a por todas!
