Por qué la Filosofía es importante en nuestras vidas

1. Introducción

Sería curioso el reto de ir preguntando a cualquier persona con la que se mantenga una conversación qué piensa de la Filosofía. Y lo sería porque es muy poco común que la Filosofía como tal aparezca como tema del que hablar en contextos comunes (me refiero a conversaciones desenfadadas típicas de una quedada de amigos en una cafetería, por ejemplo). Yo pregunto a los demás sobre este saber constantemente, y he visto que la amplia mayoría de respuestas que obtengo es que no sirve para nada.

Durante mis años de estudio en un centro público de Educación Secundaria, era muy común entre los alumnos y alumnas decir que la Filosofía era algo para locos, ya que en dicha asignatura se decían cosas muy alejadas de nuestra jerga adolescente; hablar de la conexión entre el seguimiento estricto del método cartesiano y el descubrimiento de la primera verdad (cogito ergo sum) no parecía, ciertamente, tener mucha relación con mis intereses en aquellos años (la mayoría de ellos se reducían a ser el miembro del grupo de amigos que más sabía de fútbol, o poder conquistar a la persona que me atraía).

Yo mismo fui cómplice de esa visión de la Filosofía en aquellos años. Al no comprender el sentido de sus enseñanzas, pensaba que podríamos vivir sin ella. El lector pensará que, efectivamente, podemos vivir sin leer a Platón, Aristóteles y otros tantísimos filósofos y filósofas que nos ha dejado la historia de la humanidad, y no le faltaría razón. No es necesario leer libros de Filosofía para vivir, lo que es necesario para la vida es  pensar(se) y cuestionar(se),  y esto no es posible llevarlo a cabo si no es  filosofando.

"Una vida sin examen no merece ser vivida por el hombre" dice Sócrates (a través de Platón en su diálogo  Apología de Sócrates) a las personas que posteriormente votarán a favor de su condena a muerte. Su ejemplo es una muestra de la necesidad que tenemos de pensar y profundizar en nuestras realidades si queremos tener una vida plenamente auténtica, por mucho que en ese proceso podamos llevarnos un sinfín de sinsabores y tristezas. Darnos cuenta de los mecanismos que operan en la vida actual nos otorgaría un privilegio mucho mayor que el que tienen las personas que no se cuestionan sus propias vidas:  una libertad auténtica.

El objetivo de este brevísimo artículo será mostrar la necesidad de seguir enseñando Filosofía en las escuelas, debido a su capacidad para ir más allá de las apariencias que nos encontramos en nuestra vida diaria: la cantidad ingente de información a la que podemos acceder, las redes sociales, las convenciones establecidas sobre lo que es correcto o incorrecto... están llenas de presupuestos filosóficos que deben ser identificados en primer lugar, para después ser analizados y evaluar, en última instancia, su adecuación para el contexto en el que se esté aplicando. Para esto (y para muchas más cosas) es necesario filosofar.

2. La importancia de la Filosofía en nuestra vida diaria

La práctica totalidad de personas conocedoras del mundo de la Filosofía coincide en mencionar a Platón como fundador de la metafísica occidental. Su teoría de las Ideas o Formas (que se da extensamente en 2º de Bachillerato), consiste, dicho muy brevemente y sin hacer precisiones, en dividir la realidad en dos ámbitos: uno sensible, que sería aquel al que accedemos en nuestro contacto cotidiano con la vida a través de los sentidos, y otro inteligible, que solo puede pensarse, solo puede accederse a él a través de la razón. Platón sitúa la Verdad (en mayúscula) en este último ámbito. 

 

Platón (que, recordemos, escribe en el siglo IV a. C.) ya estaría diferenciando entre apariencia y realidad. ¿Acaso no hablamos en nuestra vida cotidiana sobre ciertas actitudes de las personas que no se corresponden con lo que dicen ser, criticando su "falsedad"? Y eso solo por nombrar un ejemplo; si nos paramos a pensarlo, estamos constantemente aludiendo a esa distinción entre apariencia y realidad, entre mentira y verdad, para lo cual hacemos, aunque no nos demos cuenta, un breve ejercicio de reflexión filosófica.

Y eso solo nombrando a Platón. Si nos vamos, por ejemplo, a Descartes, vemos que su primera regla del método para encontrar la verdad en las ciencias (que encontramos en la segunda parte de su obra  Discurso del método) dice:

"No admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ocasión de ponerlo en duda".

Descartes nos anima a no dar como verdadero algo que nos pueda inducir la más mínima duda acerca de su autenticidad. ¿Acaso no es importante tener en cuenta este tipo de regla en un mundo en el que abundan las  fake news? Ese imperativo de prudencia nos evitaría caer en errores groseros que niegan la utilidad para la humanidad de la metodología científica, por ejemplo. De nuevo, para una cosa tan cotidiana como aceptar o rechazar la veracidad de cualquier información, necesitaríamos hacer otro ejercicio de reflexión filosófica.

Podría seguir dando ejemplos con distintos pensadores para mostrar que sus teorías, aparentemente abstractas y de difícil conexión con nuestras preocupaciones cotidianas, son en realidad valiosos instrumentos que pueden ayudarnos a pensar más profundamente la diversidad de situaciones vitales que se nos dan. Sin embargo, con los filósofos mencionados es suficiente para afirmar que la Filosofía está presente en todas partes.

Cuando decidimos qué grado universitario estudiar, cuando elegimos entre un coche diésel o uno eléctrico, cuando pensamos en los defectos y virtudes propios, incluso cuando elegimos una pareja sentimental, lo hacemos en virtud de nociones filosóficas sobre la pertinencia del conocimiento de la teoría y/o de la práctica, sobre la concepción de la naturaleza (si sus recursos son inagotables o no, por ejemplo), sobre cuál es el mejor carácter que uno se puede forjar, o sobre el amor y la vida en común. La importancia de la Filosofía radica en ayudarnos a identificar esas nociones para poder examinarlas y poder defenderlas con mayor vigor, o cambiarlas si las consideramos inadecuadas en función de nuestra circunstancia personal. En definitiva, identificar todas esas "filosofías" que yacen implícitas en nuestras creencias amplían nuestro horizonte de decisión, teniendo una mayor y más verdadera libertad.

3. La Filosofía en la Educación Secundaria y Bachillerato

Queda preguntarnos entonces que, si tan importante es para la vida el estudio de la Filosofía, ¿por qué está tan generalizado su descrédito? Para abordar esta cuestión es obligado remitirse a la enseñanza dentro de los centros de Educación Secundaria. Hace falta una correcta labor de didáctica de la Filosofía para conseguir que el alumnado vuelva a entusiasmarse con esta asignatura.

Con "didáctica de la Filosofía" me refiero a la traducción de unos contenidos que son por naturaleza abstractos y de difícil comprensión, a un lenguaje que sea accesible y llevadero para un alumnado que a unas edades de entre 14 y 18 años todavía está muy apegado al pensamiento concreto de su "aquí y ahora". Si hablamos de la onto-epistemología platónica sin explicar qué significan "ontología" y "epistemología" y proponer ejemplos que ayuden a asimilar dichos conceptos, no estaremos haciendo nada por conseguir que la Filosofía le resulte atrayente al alumno/a.

Recuerdo que, durante mi experiencia de prácticas del máster de profesorado en un instituto público, mi tutora de prácticas, tras explicar los contenidos teóricos de la filosofía de Kant, terminaba con la coletilla "gracias por la atención al rollo que he soltado". Si el mismo docente dice eso al alumnado, lo único que podrá provocar es el desencanto del mismo hacia su asignatura, contribuyendo gradualmente a que la Filosofía se considere como un saber de menor importancia.

El docente que imparta Filosofía debe luchar, a mi juicio, por desterrar ese prejuicio sobre ella que cada día se encuentra un poco más arraigado. Y debe hacerlo innovando en el modo de explicar los contenidos a sus discentes, traduciéndolos con ejemplos cotidianos que muestren lo ya dicho en el apartado anterior: que todo lo que pensamos, creemos y hacemos durante cada día lo hacemos desde una estructura conceptual que es inherentemente filosófica, de ahí la conveniencia de filosofar, si es que queremos ser personas verdaderamente libres.

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En este punto, habrá gente que se diga: ¿Y no es mejor dar "Filosofía" que "Historia de la Filosofía", donde solo se ven los pensamientos de autores concretos que no ayudan a la reflexión? Dicha pregunta parte a mi juicio de un presupuesto que es falso: el que afirma que ver los pensamientos de otros no ayudan a que reflexionemos por nosotros mismos. Nadie es capaz de innovar hasta tal punto que su creación sea absolutamente original, algo totalmente distinto a todo lo que se haya visto antes. La creación de los grandes genios de la historia, no solo dentro de la Filosofía sino en todo ámbito de conocimiento, ha partido siempre de una casilla de salida que nos ha sido heredada por la tradición. Por eso, para ser verdaderamente crítico y original, hay que aceptar primero que tenemos una herencia, para después asimilarla correctamente y empezar, por último, a cuestionarla y a crear ya con nuestra firma propia.

Por eso es importante también dar "Historia de la Filosofía", porque los pensamientos de Platón, Descartes, Kant y compañía siguen teniendo vigencia en la actualidad y nos enseñan cómo funciona el pensamiento dentro de nuestro modo de vida, el modo de vida occidental. Cuando acogemos dichos pensamientos es cuando podemos empezar a filosofar verdaderamente, y ese es el propósito de la asignatura de Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato.

4. Conclusiones

Frente a testimonios de gente autorizada dentro del mundo científico como Stephen Hawking y Leonard Mlodinow, quienes en la primera página de  El Gran Diseño  dicen que la Filosofía ha muerto por no mantenerse al tanto de los modernos desarrollos de la ciencia, hay que decir que la Filosofía no se limita solo al círculo de la "verdad científica", sino que va mucho más allá: se cuestiona la propia noción de verdad, medita sobre los distintos modos de hacer ciencia, valora críticamente si son éticos, además de interesarse por ámbitos de la realidad no menos legítimos que el científico, y que también necesitan de una fundamentación filosófica: la literatura, el arte, la política y otros tantos ámbitos que van más allá de la ciencia están empapados de Filosofía, demostrando que, lejos de estar muerta, está muy viva y, con total seguridad, nunca morirá mientras existan seres humanos en el mundo.

¡Atrévete a saber! Tal es el lema de la Ilustración según dice Kant en su famoso artículo  Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?, y para saber es necesario cuestionar, en lo cual la Filosofía juega un papel vital en nuestras vidas.

 

 

 

 

 

 

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