No es ninguna novedad afirmar que el sistema educativo español está profundamente basado en la memorización mecánica de los contenidos, más que en la creatividad o la expresión de las cualidades de cada uno. Tampoco estaré diciendo nada nuevo al señalar el tedio y la frustración que esto genera en los estudiantes en su día a día cuando ven que sus esfuerzos de memorización no surten efecto o sienten que están perdiendo el tiempo.
¿Qué significa sacar buenas notas?
Por eso, cuando oigo a alguien asociar las buenas notas con la inteligencia (y, por tanto, las malas notas con la... ¿estupidez?), suelo decir «¡Los que sacamos buenas notas no somos más inteligentes, sino que estamos más adaptados al sistema!».
¿Qué quiero decir con esto? Que inteligencias existen muchas. Personalmente, considero que no existe nadie que se pueda definir como completamente inepto o estúpido; todos tenemos cualidades que, potenciadas y bien canalizadas, pueden dar riquísimos frutos.
Pero el sistema educativo sólo valora dos: la memorización y la ejecución mecánica de ciertos ejercicios. Un alumno con buenas notas es un alumno que ha aprendido los modos más eficaces y eficientes para memorizar y realizar esos ejercicios. Dicho así quizá te suene desalentador, pero... ¡démosle la vuelta!
- En primer lugar, esto significa que puedes estar tranquilo/a: que no obtengas los resultados académicos que querrías o que tu entorno se espera de ti no significa que seas estúpido/a, inepto/a ni incapaz y quienes sacan mejores notas no son mejores que tú ni valen más como personas.
- En segundo lugar, significa que tienes la posibilidad de mejorar: no se trata sólo de tus "talentos naturales" (que o se tienen o no se tienen), sino de descubrir y comprender los métodos adecuados para adaptarte a esos ejercicios muy concretos que se te demandan desde la escuela, el instituto o la Universidad.
En mi experiencia como estudiante, y posteriormente dando clases particulares, he advertido numerosas veces cómo muchas veces el problema reside precisamente ahí: el estudiante no visualiza del todo qué es lo que se demanda (lo que la asignatura requiere o el profesor exige).
Por ello sus esfuerzos se dispersan, no resultando del todo eficaces... Esto sólo genera frustración. En estas situaciones, es normal que la frustración y la confusión nos asalten: «¿Qué estoy haciendo mal? Por más que me esfuerzo...».
Cómo sacar buenas notas
Para mí esta es la clave y está en los cimientos de mi método de enseñanza: antes de disponernos a hacer algo, tenemos que asegurarnos de entender qué hay que hacer y planificar cómo lo vamos a llevar a cabo. Este es el modo más eficaz de emplear el tiempo y las energías.
Por supuesto, entender qué hacer y diseñar un plan no es moco de pavo... y es aquí donde entran las técnicas de estudio y de trabajo. Puedes descubrirlas por ti solo/a, pero si quieres optimizar resultados y te sientes perdido/a, este es un aspecto que podrías potenciar de forma espectacular con el apoyo y seguimiento de un profesor particular.
Un profesor particular puede darte las pautas necesarias para comprender y, sucesivamente, aprender a analizar por ti mismo qué necesitas hacer. Del mismo modo, puede enseñarte a definir planes de acción, que no sólo darán eficacia a tu estudio y harán más eficiente el empleo de tu tiempo, sino que también te harán ganar seguridad y confianza de cara a afrontar cualquier tarea.
