Para una educación de calidad hay que tener conciencia de los problemas educativos.

Uno de los temas mas interesantes a nivel educativo es el fracaso escolar, y sobre todo en España, en el cual, según los informes PISA somos unos de los países peores posicionados en este aspecto. El fracaso escolar es la manifestación mas negativa para un joven en relación con la falta de oportunidades para la configuración de un futuro adecuado para sus necesidades dentro de la sociedad.

Los factores condicionantes del fracaso escolar son variados y están relacionados con todos los agentes implicados en el proceso educativo, así, los ámbitos individual, escolar, familiar y territorial quedan involucrados todos en la correcta educación y formación del individuo. Además, estos condicionantes no actúan por igual en ningún ámbito, en decir, ni en el ámbito del aprendizaje, ni por entornos socioeconómicos ni por ámbitos sociales.

En relación con el informe de la OCDE (Marchesi, 2003) sobre el fracaso escolar, este tiene 3 manifestaciones: los alumnos que abandonan sin titulación de estudios obligatorios, alumnos que no alcanzan un nivel mínimo de conocimientos, aunque tengan el título de educación obligatoria y alumnos con bajo rendimiento académico que implica el desempeño inadecuado de sus funciones laborales y sociales.

Dentro de un enfoque objetivo, hay estudios que contemplan el foco de este fracaso en los estudiantes (Martínez, 2007) frente a otros que focalizan este fracaso en un incorrecto sistema educativo. Otras aproximaciones, como en las estudiadas en RICEG destacan que el fracaso escolar no es un hecho puntual, sino que es un proceso acumulativo de desenganche y desvinculación del sistema educativo. Este proceso se basa en condicionantes externos como decisiones o experiencias internas de los alumnos. Este proceso se manifiesta en una progresiva desvinculación y desmotivación, que se va palpando en un cambio de conducta y negativos resultados académico, hasta que se llega a un limite o umbral en el que el alumno se plantea abandonar o simplemente a trabajar lo menos posible afectando a su nivel mínimo de conocimientos, y con ello, a los factores sociales antes mencionados. La OCDE llama a este proceso el ciclo vicioso del fracaso escolar (OCDE,2016b).

Estudios como el Youth in Transition cana-diense (OCDE, 2010) hacen referencia que los estudiantes con las puntuaciones más bajas (informes PISA) tienen mayor probabilidad de fracaso. Con relación a este tema hay autores (Choi & Calero, 2013; Calero et al. 2010) que hacen referencia al riesgo a fracasar no al fracaso en sí, así podríamos considerar un bajo desempeño como un riesgo de fracaso inminente.

Según estudios recientes como los de (Sánchez & Pedreño (2018), Hernández & Alca-raz (2018) o Antelm, Gil, Cacheiro & Pérez (2018)) proporcionan diferentes perspectivas y clasificaciones, pero lo más interesante es que todos ellos comparten una serie de elementos en común destacando por encima de todo los factores relacionados con el propio estudiante o individuales y su entorno social mas cercano, esto incluye compañeros y personal cualificado en su formación educativa.

Dentro de los factores individuales destacaría la motivación y expectativas académicas que mediante la implicación y esfuerzo de este acaban influyendo en sus resultados académicos y la posibilidad de abandono (Simon-Morth & Chen, 2009). Por otro lado, no existe evidencia empírica de que repetir curso sirva para incrementar el rendimiento del estudiante; sino más bien al contrario, encontrándose una relación positiva entre la misma y el riesgo de fracaso escolar (Rumberger, 1995; Benito, 2007; Márquez, 2016).

Respecto el entorno social, esta contractado la relación entre el fracaso escolar y el entorno social, de esta forma, el nivel educativo de los padres como la capacidad de apoyar a sus hijos es determinante para el rendimiento del alumno, como lo es también, un entorno educativo sano y positivo en cuanto a expectativas colectivas, como maneras de comportamientos basados en esfuerzos colectivos y de colaboración, así como de objetivos.

Para evitar cualquier manifestación de fracaso escolar, desde mi punto de vista opto por la motivación y el esfuerzo, envolviéndolo en un ambiente positivo donde se le guiara hacia sus objetivos y se le informara sobre las mejores opciones académicas. Reforzando la comunicación y colaboración social. Además, alimentare la participación para un buen desarrollo social y detectare cualquier indicio del ciclo vicioso del fracaso escolar y revirtiéndolo en cualquiera de sus etapas.

Desde mi punto de vista la mejor manera de motivarlos es hacer que entiendan que ellos son los principales protagonistas, donde ellos mismos pueden hacerlo y pueden hacerlo bien. Solo necesitan esfuerzo y ganas para conseguir el objetivo que se propongan. Guiándolos como apoyo, tanto educativo como intelectual, y dejando que el alumno sea capaz de organizarse por el mismo y maximizar su confianza. Evidentemente con un seguimiento constante y una adecuada comunicación.

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