Que el español es uno de los idiomas más hablados en todo el mundo, es ya una realidad manifiesta que todos conocemos. Sin embargo, ¿por qué ponemos barreras a la hora de utilizarlo cuando emprendemos o tenemos un negocio?
Existe una idea, independientemente de donde proceda la pronunciación y fonética, de que el inglés es el idioma universal con el que entendernos. Pero la realidad es que ya en Estados Unidos, como dato, la inmensa mayoría de la población es de habla hispana y son muchos los que aprenden el inglés como segunda lengua.
De igual forma, y dada mi experiencia, he podido comprobar que cada vez son más los alumnos que buscan estudiar español para aplicarlo en su día a día: en sus trabajos, sus viajes de placer o negocios, porque tienen una segunda residencia en un país hispano… etc.
¿Qué países son de habla hispana?
Según un informe del Instituto Cervantes, en el mundo casi un total de 22 millones de personas estudian español en 110 países. Además de este dato, el informe también recoge que este es el tercer idioma más utilizado en internet, y con un alto potencial de crecimiento para los próximos años.
Como profesional dedicado a la enseñanza de este idioma, además de impartir otros cursos y materias, puedo: no solo constatar los datos que recoge el informe, sino además añadir que cada vez son más personas las que buscan mejorar el nivel que empezaron a adquirir años atrás. Es decir: alumnos que han estudiado español en la escuela, lo han abandonado durante un tiempo y ahora vuelven a retomarlo para recuperar el nivel y poder hacer uso de él.
Son muchos los países que acogen al español, aún sin ser una lengua oficial en dichos Estados, y le otorgan una gran relevancia: Estados Unidos, Marruecos, Brasil, Filipinas o Canadá son algunos de ellos. Pero esto no significa que no haya más, lo único que nos indica es el porcentaje de hispano hablantes que se encuentran en sus territorios.
Entonces, ¿por qué no emplearlo en nuestro emprendimiento o negocio?
Una de las razones importantes, dejando aparte la mencionada anteriormente, es sin duda la gran demanda de estudiantes frente a la poca oferta de profesores especializados en la enseñanza de este idioma. Son muchas las personas que se proponen impartir clases para alumnos que quieran aprender únicamente por el mero hecho de ser nativos y pensar que pueden ayudarles a aprender.
Pero aprender una lengua es mucho más que una pronunciación: es conocer su estructura, las variantes a la hora de interactuar, su origen, el uso del lenguaje formal y coloquial en función del momento y personas con las que nos encontramos… e infinitud de aspectos a tener en cuenta.
Atendiendo a estas cuestiones, siempre recomiendo a mis alumnos que piensen hacía donde quieren dirigir su aprendizaje: conocer y manejar el idioma, emplearlo en trabajos, adquirir fluidez, utilizarlo para un negocio o cargo…, ya que dependiendo del contexto se enseña de una forma u otra. Para ello, y pese a que existen otros compañeros que no logran entender esta forma de actuar, siempre establezco una primera clase gratuita en la que poder tener una primera toma de contacto, conocer las necesidades del estudiante, explicar mi metodología y hacer unos pequeños ejercicios para elaborar un plan de trabajo que les ayude a aprender.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, y poniendo el foco en los negocios y el emprendimiento, como puedes observar son varios factores los que finalmente pueden llevar al futuro, o ya empresario, a tomar la decisión de adquirir otro idioma para comunicarse: la falta de traducción de textos, el poco personal que pueda tener el nivel adecuado de español para lograr un correcto funcionamiento del negocio o la falta de profesores especializados en negocios…, son algunas de las razones.
Si es tu caso, mi máxima recomendación es que te tomes el tiempo necesario para plasmar claramente tu idea, y por un momento imagines como sería esa idea si empleases el español como un idioma imprescindible para expandir tu negocio.
¿Qué puede aportar el español a nuestra empresa?
Este idioma destaca por su calidez, la facilidad de aprendizaje, su cercanía entre aquellas personas que lo utilizan…, y por ello resulta una gran herramienta comunicativa: tanto con los empleados como, y por supuesto, los clientes.
Nunca he creído que un idioma sea más importante que otro, pero si en la importancia de ser conscientes de la falta de oportunidades de aprendizaje que tienen algunas personas. Quizá por este motivo, atener a ese público en el que nadie se fija, y que únicamente ha podido utilizar el idioma materno o paterno, sea vital para la prosperidad del negocio. Personas que por diferentes cuestiones no han logrado conocer varias lenguas para comunicarse y que precisan de alguien para que les traduzca aquello relevante.
En España, y como ejemplo, el inglés se estudia desde los primeros cursos de infantil (3 años), y hasta prácticamente la universidad. Sin embargo, si los estudiantes buscan mejorar su nivel, adquirir mayores conocimientos y pronunciación…, estos deben acudir a academias privadas con elevados costes o incluso pagar un viaje a países de habla inglesa. No todas las familias pueden costear ambas modalidades, y por esa razón hay una gran cantidad de población que no domina el inglés y recurren a traductores, personas que tengan un mayor conocimiento del idioma…, para conseguir entenderlo.
Imagina por tanto que ocurriría si además de la lengua que establezcas como oficial en tu negocio, también incluyeses otras… ¿no llegarías a más personas? ¡Sin duda! Lograrías que todos tus clientes pudiesen entender a la perfección las descripciones de los productos, tu trayectoria profesional, los objetivos y valores de tu marca… etc.
Todo ello, y aunque a simple vista pueda resultarte insignificante, daría como resultado un aumento en la afluencia a tu portal web, tus ventas e incluso tu proyección internacional.