Es interesante preguntarse por qué algunas personas se dedican a enseñar a otras.
Desde siempre me ha gustado enseñar. Es curioso porque como era tan ameno y afín a mí, nunca lo tomé como un futuro empleo, pero hace un tiempo se presentó la posibilidad ante mí de dedicarme a esto. Durante mis estudios era el típico chico empollón rodeado de personas que le preguntaban constantemente sobre las asignaturas, concretamente todas las relacionadas con la ciencia. Creo que tengo un talento natural hacia ellas y siempre me gustaba enseñar y hacer que mis compañer@s aprendieran lo que sabía. Realmente creo que mi afán por enseñar viene de la relación que tengo con las personas; quiero ayudarlas y cuidarlas. Supongo que viene desde el mas profundo instinto social de nuestra maravillosa especie, aunque se me ocurren otras razones por la que una persona puede dedicarse a enseñar.
Es reconfortante cuando ayudas a alguien, ves que pone en práctica algo de lo aprendido o consigue superar un examen. Es esa relación ancestral del cuidado de los prójimos la que nos ha traído hasta aquí.
La profesión de Maestro o similar es algo muy importante en todas las sociedades, y seguirá siéndolo siempre que conservemos nuestra humanidad. Hay que cuidar a los que se dedican a ello, al concepto de profesor, cuidar que hagan bien su trabajo y que no decaigan en ese sueño que tenían cuando eran mas jóvenes.
Imagina un mundo en el que no se enseñara nada, en el que todo tuvieras que aprenderlo desde cero. Nuestra especia no hubiera avanzado nada. En nuestros maestros y profesores está el futuro, cuidémoslo entre todos.