¿Por qué aprender? ¿Por qué aprender una lengua?

Hablar inglés no conlleva la ventaja diferenciadora que podía tener en el mercado laboral del pasado, actualmente es más común tener una competencia lingüística básica en una lengua extranjera. Los ciudadanos de los países hispanohablantes tenemos una base de inglés más amplia de lo que parece, y seguro que tú puedes entender y responder preguntas básicas.

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Además, aprender requiere esfuerzo y tomar conciencia de lo que desconoces. Ambos requerimientos son incómodos y la incomodidad es una sensación cada vez más fácil de maquillar artificialmente gracias a la tecnología y la industria de la distracción. Entonces, ¿por qué aprender?, y, ¿por qué aprender una lengua?

Por qué aprender una lengua

En primer lugar, invertir tiempo en aprender cualquier habilidad es la mejor actividad que puedes hacer para tu cerebro. Todo lo que crees y has vivido ha dejado una huella en tu cerebro. Esa huella, ese mapa celular, es lo que eres. Y no existe un medicamento tan potente para mantener tus habilidades cognitivas, ralentizar la pérdida de inteligencia que conlleva la edad y mantener un cerebro joven y sano como el aprendizaje.

En segundo lugar, el aprendizaje lingüístico refuerza las conexiones neuronales en numerosas zonas del cerebro. El lenguaje permea cada dimensión de la vida y, por tanto, aprenderlo implica mantener la eficiencia de la comunicación celular de las que emanan tus habilidades y recuerdos. En definitiva, aprender un lenguaje es conservar todo el conocimiento, es conservarte a ti mismo.

Hablar inglés quizás no sea sinónimo de destacar en el mercado laboral, no es la llave a un puesto de trabajo, pero es un requerimiento que se da por hecho cada vez con mayor frecuencia. En una economía global, compartir un código comunicativo es esencial. Y aunque cada sector económico y materia del conocimiento son distintos, la mayoría de las publicaciones académicas están escritas y/o publicadas en inglés.

En términos de ocio, el inglés te permite consumir más cultura y acceder a la fuente y no a la adaptación e interpretación de terceros. Y, por supuesto, ¿a quién no le gusta viajar? Todos necesitamos hacer una pausa, respirar, salir de la zona de confort para volver a la rutina con más fuerzas. Hablar inglés te permite viajar sin inseguridad y con menos incertidumbre.

En definitiva, el peso de la evidencia y la lógica conduce a desechar nuestra comprensión de la formación como una mera etapa de nuestras vidas que se acaba con la incorporación al mercado laboral. El aprendizaje, la formación y el estudio, nos debe acompañar a lo largo de toda nuestra vida para que esta sea plena.

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