Mi objetivo en este artículo es reflexionar sobre el aprendizaje de la lógica proposicional y la situación a la que deben hacer frente los alumnos de primero de bachillerato que ven esta rama de la filosofía por primera vez.
La lógica es la rama de la filosofía que trata de analizar la estructura de los razonamientos, es decir, si tiene sentido común la conclusión que nos presenta un argumento o no o si es posible llegar a la conclusión que nos piden a partir de la transformación de un enunciado en lenguaje natural que usamos todos cada día cuando nos comunicamos a un lenguaje basado en símbolos, donde se establecen relaciones entre los enunciados.
Esto que estudia la lógica es una actividad muy común. Cada día, estudiantes y profesores, razonamos a partir de una serie de premisas y la mayoría de las veces llegamos a una serie de conclusiones que nos motivan a tomar una acción o no, pero otras muchas no somos capaces de llegar a ninguna conclusión clara.
Por otro lado, también discutimos con otros presentando argumentos y estudiando los que nos presentan sobre cualquier cuestión. Lo que no hacemos es pararnos a pensar si los razonamientos que hacemos están bien o no, o si cuando discutimos con otra persona los argumentos que nos está dando son verdaderos o no.
Es decir, si nos está haciendo una falacia, si nos está intentando engañar. Esto es precisamente lo que trata de explicar la lógica: si razonamos bien o no y identificar si nos están intentando engañar o si estamos intentando engañar a otro, como lo podemos hacer mediante una falacia.
Esta tarea no es nada fácil de entender para el alumnado de primero de bachillerato, ya que por primera vez, se encuentran con una asignatura donde hacen una especie de matemáticas, pero en lugar de usar números, usan letras y símbolos a los que no están acostumbrados.
La lógica, igual que las matemáticas, requiere de su tiempo para entenderla y, sobretodo, es una asignatura práctica, donde se aprende resolviendo ejercicios con múltiples supuestos en los que, como en matemáticas, un solo cambio en una letra o un conector lógico o un paréntesis puede cambiar completamente el resultado final, así como las reglas a utilizar o valores del ejercicio.
Por tanto, tal y como hemos visto en el párrafo anterior, la lógica es una rama de la filosofía sumamente compleja, que no se puede estudiar el día antes del examen, ya que la lógica es una ciencia que promueve el razonamiento, no el memorizar.
Y en un sistema educativo que prioriza la memorización, por encima del razonamiento, la lógica se constituye como una rama de la filosofía muy difícil de entender que da muchos dolores de cabeza a alumnos de primero de bachillerato. La lógica no se puede aprender memorizando ejercicios, sino entendiendo como hay que resolverlos.
Y por ello, debido a su complejidad, son muy pocos los profesores que dan clases de filosofía en la plataforma que dan clases de lógica, debido a que la lógica no consiste en memorizar para luego explicar las teorías a los alumnos, sino en entender que es lo qué hay que hacer y esto es algo que una persona que no cuente con una formación en filosofía tiene muy difícil hacer.
Un buen profesor de filosofía se caracteriza entre muchas cosas por ser capaz de hacer fácil, lo difícil y no hay rama de la filosofía más difícil para alumnos de primero de bachillerato que una disciplina tan abstracta como la lógica que, además, ven por primera vez.
Lo que me he encontrado cómo profesor es lamentablemente que prácticamente todos los alumnos cometen el mismo error: dejan el estudio de la lógica para el último día o me solicitan una clase el día antes del examen, pensando que de prisa y corriendo serán capaces de aprobar el examen. Y tengo que decir, que eso es muy difícil. La lógica no se estudia el día antes del examen.
A aprender o estudiar lógica de enunciados hay que ponerse cuanto antes, ya que aprender a formalizar enunciados, hacer tablas de verdad, ejercicios de deducción en que se debe demostrar o inferir la conclusión a partir de reglas simples o derivadas, hacer demostraciones al absurdo, identificar si las fórmulas están bien formadas o no, o si los argumentos son válidos, son cosas que es muy difícil aprender de un día para otro.
En mi caso, simplemente tras haber hecho esta reflexión sobre la lógica y la situación de los estudiantes de primero de bachillerato, mi recomendación es que cuando antes se pongan a estudiar y no lo dejen para el último día ni dos o tres días antes porque se les puede juntar con otros exámenes.
Para acabar, por si alguien se pregunta a qué filósofo hace referencia la imagen o tiene curiosidad, esta es un retrato de Ramon Llull, uno de autores más importantes de la filosofía medieval gracias a la creación de un sistema lógico mediante el uso de figuras, y el único filósofo mallorquín realmente importante en la historia de la filosofía europea que ha dado incluso nombre a una corriente filosófica llamada el Llullismo.
Si lo necesitan no duden en escribirme y estaré encantado de echarles una mano con enunciados propios o aún mejor, con los ejercicios que les haya facilitado el profe o hayan hecho en clase, porque "la lógica es fácil, pero lo que pasa es que se estudia mal" y hay que dedicarle tiempo, no 1 ni 2 horas deprisa y corriendo porque de lo que se trata es de aprender a razonar, no a memorizar.