Como todo el mundo sabe, las tecnologías de la información y comunicación (TIC) están presentes en todos o casi todos los ámbitos de nuestro día a día: en casa, en la calle, en los centros comerciales, en los puestos de trabajo, en las escuelas... De ese modo, parece innegable aceptar que cada vez dependemos más de ellas y que éstas están cambiando la sociedad.
Empieza a dar clases particulares
A pesar de que hay muchos ámbitos en los que encontramos la presencia de las TIC, nos centraremos especialmente en el ámbito educativo, es decir, en el impacto que generan en las aulas. Ahora bien, ¿qué os parece si analizamos cuáles son las ventajas e inconvenientes que supone el uso de las tecnologías en la escuela?
Por un lado, conviene destacar que la introducción de las TIC ha posibilitado gran número de recursos educativos realmente interesantes para el aprendizaje del alumnado. Sin ir más lejos, la situación sanitaria causada por el COVID-19 ha supuesto un nuevo reto para la práctica docente como también para el aprendizaje.
Afortunadamente, diferentes plataformas como por ejemplo Webex, Edpuzzle, Padlet, etc. han permitido seguir la clases online para que el proceso de enseñanza-aprendizaje no se viera afectado (o lo menos posible). Asimismo, la gran diversidad de páginas webs que ofrece internet ha permitido complementar el aprendizaje, además de desarrollar la necesaria competencia digital.
Por otro lado, también encontramos que desafortunadamente no todas las personas disponen de los mismos recursos para hacer frente a la necesaria inserción en el mundo de la tecnología, lo que genera una desigualdad de oportunidades. Además, en muchos casos la introducción de las TIC en las aulas tiene efectos negativos en el desarrollo de la comprensión lectora y puede comportar distracciones para mantener la atención.
Entonces, ¿qué conclusión podríamos sacar? ¿Tenemos que trabajar siempre con las TIC? ¿Trabajar las TIC implica siempre desarrollar la competencia digital?...
Son muchas las preguntas que podrían plantearse pero lo que realmente convendría cuestionarse es el uso que se hace, puesto que será lo que marcará el éxito o por contra el fracaso de las TIC en el aprendizaje.