Madres, nuestras primeras profesoras. ¡Feliz día de la madre!

En el mundo existen muchos tipos de profesores y pedagogos. Miles de profesionales que vuelcan sus esfuerzos y sus vidas por la educación de los más pequeños y de los que no lo son tanto. Pero nadie podrá desvivirse más por la educación de un hijo que una madre.

El cariño y el amor es quizás la mejor herramienta que puede usar un profesor para que sus alumnos aprendan. Y no hay amor más fuerte que el que siente una madre por un hijo, por eso son las mejores maestras.

Además, la ciencia lo demuestra. Numerosos estudios apuntan a que:

Aquellas cosas que aprendemos de nuestras madres a una edad temprana son fundamentales en el resto de nuestro desarrollo

Quienes son padres saben que no hay una fórmula mágica para educar y no podemos nunca controlar al cien por cien lo que le transmitimos a nuestros hijos, de la misma forma que no podemos controlar lo que ellos aprenden de nosotros.

De lo que sí podemos ser conscientes es de la dedicación y el esfuerzo que le ponemos a enseñar. Y no hay nadie que lo haga con más fuerza que una madre y eso se nota. Las madres son el referente de nuestra vida, incluso aunque no queramos.

Ellas son nuestras heroínas. Los niños se fijan en todo lo que las madres hacen e intentan replicarlo y obtener su aprobación. En este proceso aprenden muchísimas cosas, estas son algunas:

El humor

Una de las cosas que primero se aprende es a reir y eso lo empezamos calcando de nuestros padres, al principio nos reímos si ellos ríen. Además el humor es de las mejores armas para aprender, riendo todo se aprender mejor.

Tener sentido del humor, o carecer de este es esencial en el desarrollo del pequeño. Si nos tomamos las cosas demasiado en serio estaremos transmitiendo una serie de valores distintos a si somos más distendidos o divertidos.

El carácter

No es que los niños sean una página total en blanco, pero gran parte de nuestro carácter se lo transmitimos a nuestros hijos casi de forma involuntaria. Los más pequeños lo ven y lo observan todo y calcan muchos comportamientos.

La responsabilidad

Es algo que se trabaja en las escuelas, pero principalmente lo transmiten los padres. Llegar a casa y empezar a enseñarles que tienen que cumplir con sus obligaciones es fundamental y algo que pueden empezar a aprender desde muy pequeños con pequeñas cosas.

Afrontar el dolor

Otra de las cosas que los niños aprenden fundamentalmente en casa. Forma parte de ese tipo de cosas que en el colegio es difícil enseñar. Hace falta mucha empatía, mucha compresión, amor y cariño, algo que solo una madre puede hacer.

La autoestima

No hay nada que nos haga sentir más seguros o inseguros que la aprobación o el rechazo de una madre a aquello que hacemos. Cuando somos niños este sentimiento es mucho mayor. Solo de manera excepcional haremos algo que nuestra madre desapruebe y esto es la base de la autoestima.

El gusto por las cosas

Antes de desarrollar el nuestro propio, lo primero que hacemos es copiar el de nuestros padres. Poco a poco vamos desarrollando aquellas cosas que más nos llaman la atención, pero durante gran parte del desarrollo los niños tienen el claro referente de la madre.

Los valores

Las primeras diferencias entre el bien y el mal vienen las aprendemos en casa. Al principio solo se aplican a cosas sencillas y a medida que crecemos añadimos matices, de la misma forma que nos desprendemos o reafirmamos del valor de nuestros padres.

Estás son solo algunas de las tantas cosas que aprendemos de nuestra madre cuando somos pequeños. Solo algunas de las vivencias, gustos y valores que nos transmiten y que nos acompañan toda la vida. Porque lo que aprendemos de ella siempre estará ahí, incluso cuando dejamos de ser niños.

¡Feliz día de la madre!

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