El nuevo curso 2016-2017 ya ha arrancado y los alumnos vuelven a las aulas con las mochilas cargadas de libros, pero también de consejos y trucos para afrontar la vuelta a clase y para que la transición de vacaciones a rutina de clases sea más sencilla.
No tan afortunados son los profesores. Poco o nada se tiene en cuenta que, aunque los alumnos comiencen entre la segunda y la tercera semana del noveno mes del año, el profesor ya inicie a prepararlo todo el primer día de septiembre. Y, si mucho se habla de los consejos para afrontar el curso, para acostumbrarse a la rutina, para superar el estrés postvacacional desde el punto de vista del alumno, pero no tanto se habla sobre qué implica el nuevo año escolar para los docentes, que se volverán a enfrentar a nuevos alumnos, a novedades el curso y al desafío de tener que enseñar a nuevos grupos, pero también a tener que aprender de ellos.
Profesor, cómo afrontar el nuevo curso
Confianza
De libros y materiales para preparar lecciones interesantes están los maletines de profesores llenas, como también no están de bolígrafos y papel, pero también hay que aprovisionarse de una buena dosis de confianza de uno mismo y en las propias capacidades para enseñar.
La confianza en las oportunidades que el nuevo curso puede dar es algo que no puede faltar en ningún maletín del profesor.
Ser uno mismo
¿Quién no tiene un buen recuerdo que un maestro o profesor que dejó una huella? Ese que inspiró para convertirse en docente, ese al que se aspira parecerse… Cómo enseñaba, como explicaba o cómo conseguía que hasta lo más complicado se entendiera tenía detrás un “secreto”, que le daba un toque personal.
No hay mejor forma de afrontar el nuevo curso como profesor que plantearse las clases como la mejor oportunidad para ser uno mismo, y para conseguir aportar a cada sesión formativa un toque personal.
Para eso están los compañeros
En ocasiones, un poco de ayuda es útil para enfocar un problema (llámese el desarrollo de una clase o un conflicto en el aula) desde una perspectiva diferente a fin de encontrar diferentes soluciones.
Hay docentes que llevan años dando clases en el centro y que saben muy bien cómo afrontar problemas comunes, y hay otros que no llevan tanto tiempo y que, precisamente por ello, tienen otro punto de vista. Consultar a varios antes de tomar una decisión importante puede enriquecer las clases, y también la experiencia docente.
Por supuesto, ello implica que es mejor mantener una buena relación laboral con el resto de profesores, porque quizás puede que sean otros los que necesiten ayuda. Después de todo, ello repercute de forma positiva en la valoración del centro y en la calidad de la formación.
Enseñar también es aprender
El profesor enseña, los alumnos aprenden. O no. Porque en ocasiones, el profesor se convierte en la parte que aprende de sus alumnos y de cómo aprenden o de cómo piensan, por supuesto, siempre que se esté dispuesto a aprender de ellos.
La docencia no solo es enseñanza, también aprendizaje continuo.
Afrontar el nuevo curso desde una perspectiva positiva
Como profesor, afrontar un nuevo curso es también cuestión de actitud. El nuevo año está apenas iniciando y hay muchas buenas experiencias esperando, quizás también haya algún que otro momento no tan positivo, pero del que seguro que se aprenderá.
Lo esencial al afrontar el nuevo curso es planteárselo como un libro en blanco del que aprender mucho y gracias al cual muchos alumnos podrían aprender, quizás en alguno se pueda dejar una huella importante.
