Deportes, música, pintura, lengua… Casi todos los niños acuden a, al menos, una actividad extraescolar a la semana. De entre las miles de opciones disponibles, las clases de baile para niños son una de las más populares, especialmente entre las niñas.
Muchos padres deciden apuntar a sus pequeños a un deporte para que practiquen una actividad física. Otros a música, para que desarrollen habilidades musicales muy estimulantes para el cerebro. Algunos, a clases de idiomas para reforzar el inglés.
¿Y si dijéramos que, gracias a las clases de baile, tus hijos pueden conseguir tantos o más beneficios que con las actividades antes citadas? Si quieres conocer todo lo que tus hijos pueden ganar con las clases de baile, continúa leyendo.
Salud física y desarrollo intelectual
Los países del primer mundo son cada vez más sedentarios y la comida hipercalórica es muy accesible. De hecho, el número de muertes derivadas de la obesidad ya supera a las derivadas por la inanición. Este problema no solo afecta a los adultos, sino también a los más pequeños.
En este contexto, muchos padres deciden apuntar a sus hijos a actividades extraescolares de deporte. Es una opción relativamente barata en comparación con, por ejemplo, las clases de música para niños y las clases de pintura para niños. Además, es frecuente que el puñado de horas que sus hijos pasan en ellas sean el único momento de actividad física de la semana.
Las clases particulares de baile también suplen esta necesidad de ejercicio. El baile requiere, en mayor o menor medida, del uso de todos los grupos musculares del cuerpo. Por lo tanto, la danza es ideal para fortalecer todo el cuerpo (especialmente el tren inferior), mejorar la resistencia muscular y aumentar la capacidad cardiovascular.
La elasticidad es una cualidad física que el baile ayuda a mejorar y que es poco valorada pese a su importancia. Una buena elasticidad no solo mejora el rendimiento físico, sino que también previene las lesiones musculares. Otra cualidad importante pero que se pasa por alto es la postura del cuerpo, la cual la danza ayuda a corregir.
Además de lo anteriormente dicho, el baile ayuda al desarrollo intelectual de los niños desde temprana edad. Esto es así porque exige un amplio abanico de habilidades relacionadas con el cerebro. La coordinación, la memoria, el control espacial o el equilibrio son algunas de ellas.
Experiencias y maduración personal
Todos los padres quieren que sus hijos disfruten al máximo de un periodo irrepetible como es la infancia. Al mismo tiempo, también desean que vayan madurando y que se conviertan en adultos responsables.
¿Qué tiene que ver lo anterior con las clases de danza para niños? ¡Mucho! La danza garantiza a los pequeños muchas experiencias positivas para su crecimiento personal.
Las artes escénicas son, como todo arte, un medio expresivo y creativo que emplea el propio cuerpo como canal de comunicación. Que los niños entren en contacto con ellas a temprana edad les ayuda a explorar sus emociones, su identidad y a estimular su imaginación. Esto refuerza su autoestima, algo fundamental especialmente en la adolescencia.
Además, las clases de baile las realizan con otros niños con sus mismos intereses. Esto supone una fuente de socialización muy beneficiosa al margen de las dinámicas de la escuela. Esto es especialmente beneficioso para los chavales más introvertidos. El trabajo en equipo que se lleva a cabo en estos talleres también es digno de mención.
Cultura y tradición
¿Aún quedan más aspectos positivos de las clases de baile para niños? Pues sí, y más concretamente con el trasfondo cultural de los distintos estilos de baile.
La danza es un arte que habla mucho de la historia y la cultura de las sociedades en las que se practica. Si tu hijo participa en clases de danza para niños, tendrá acceso de primera mano a unos conocimientos que difícilmente podría obtener en la escuela.
El ejemplo más típico son las clases de ballet para niños. El ballet es un estilo de baile con una estrecha relación con la música clásica y el teatro de los siglos XVIII y XIX, periodos en los que alcanzó su máximo grado de popularidad.
Los niños que practican ballet se familiarizan con todo tipo de obras clásicas de la música y del teatro. El Cascanueces o El Lago de los Cisnes son dos ejemplos muy populares.
Los bailes regionales también son muy recomendables para los pequeños. Gracias a ellos, pueden entrar en contacto con la tradición de la zona en la que viven. Las clases de sevillanas para niños o las clases de sardanas para niños son dos opciones a tener en cuenta.
El flamenco es una de las manifestaciones culturales españolas más conocidas en todo el mundo. ¡Sin duda, una opción estupenda para que aprendan los pequeños! Las clases de flamenco para niños son muy comunes, especialmente en el sur de España.
Muchos niños están más interesados en bailes modernos que se puedan bailar con la música del momento. El breakdance y el funky son dos ejemplos típicos. Por suerte para ellos, las clases de breakdance para niños y las clases de funky para niños son cada vez más populares.
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